Por:

Gianfranco Hereña

La literatura hecha por mujeres, al menos en América Latina, está ganándose a pulso un espacio. ¿Cuál es tu punto de vista al respecto?

Sucede en todas partes creo, corresponde al cambio sociocultural de la sociedad entera en favor de la autonomía de las mujeres. El disponer de mayor independencia económica y la mayor consciencia de la igualdad en los roles, hace que más mujeres dispongamos de tiempo para la lectura y la escritura. Esto, naturalmente, conduce a que haya una mayor producción literaria, voces y maneras de narrar distintas a las que habitualmente se conocían y más lectores interesados en ellas. Luego, la cantidad también va acompañada de calidad. De hecho, basta con revisar los premios literarios internacionales de los últimos años y veremos que hay cada vez más autoras en esas listas, lo que dice mucho de la influencia que ejercen, de los lectores que arrastran y de la visibilidad que se van ganando.

«La aproximación al cuerpo o a la sexualidad es muy distinta a la de escritoras que las preceden, igual de distinto es el modo de presentar a los personajes femeninos, las historias trascienden el espacio local o nacional».

Cada cierto tiempo vienes a Lima y me da la impresión de que ver la realidad a distancia y luego contrastarla produce siempre nuevos puntos de vista ¿Sientes que aquí en el Perú se está produciendo el mismo fenómeno de valoración a la literatura hecha por mujeres o es algo que aún está en proceso? 

La justa valoración de la literatura escrita por mujeres es un fenómeno inevitable y visible ya. La distancia a la que te refieres permite observar también que en el Perú esto se produce quizás más lentamente que en otros lugares. Luego no debemos olvidar que hay diferentes instancias de valoración, la primera de ellas es la del público lector. Hay un progreso en este ámbito. Hay más escritoras que publican en editoriales diversas y tienen ya un público lector que las sigue, publiquen con la editorial que publiquen. Sin embargo, aunque hoy se diga que 60 por ciento de los lectores somos mujeres (lo que naturalmente llevaría a este público lector a leer más libros escritos por mujeres), esta afirmación, en el Perú, no está apoyada por ningún estudio estadístico y por ello pienso que todavía no es una realidad. La siguiente instancia es la crítica, un territorio tradicionalmente masculino. Hay poca crítica de libros escritos por mujeres, esto es también una realidad que ralentiza la valoración positiva o negativa de el trabajo de las narradoras en ese plano. Otra instancia es la academia, en la que el interés por el trabajo literario de mujeres es mucho mayor. Es el caso de las obras de Carmen Ollé o Pilar Dughi. En Francia, se analiza y estudia la obra de Claudia Salazar, Karina Pacheco e Irma del Aguila, por citar algunas escritoras peruanas reconocidas de las últimas generaciones.

Sin duda, al hablar de búsqueda de espacios para la literatura femenina, tu nombre y el de las colaboradoras que conforman «Las Críticas» es de los primeros que saltan a mi memoria ¿Qué ha sido lo más difícil del proyecto en ese sentido? Hablo más allá de luchar contra el prejuicio sino de mantener cierta periodicidad. 

Lo más difícil es en realidad esto último: mantener una relativa periodicidad. Pero esto sucede con todos los espacios virtuales autofinanciados. Seguir dándole aliento a un proyecto como ese requiere que quienes participan crean en la necesidad de que exista y puedan entregar su tiempo y energía. Creo que hemos tenido suerte al canalizar un sentir y al poder recibir la aceptación de gente muy valiosa tanto en el Perú como en América Latina y Europa. En algún momento nos planteamos la cuestión del prejuicio ajeno, al momento de consolidar la idea. Pero ello quedó rápidamente atrás al recibir las primeras colaboraciones, de muy buena factura. Las colaboradoras son todas profesionales reconocidas en el ámbito literario; son, además, excelentes lectoras que comprenden el objetivo de un espacio como este: proponer las claves para acercarnos a libros que nos interesan, con objetividad y la argumentación debida.

 ¿Cómo surge la idea de compilar a este grupo de narradoras en una antología? ¿Qué punto de diferencia podría existir entre esta y otras que pudieron haberse hecho en tiempos anteriores más allá de sus fechas de nacimiento (1966-1986)? ¿Hay algo en común entre todas estas narradoras?

Esta antología reúne a escritoras confirmadas, esa es la diferencia con las otras dos antologías de narradoras que se han publicado en el Perú. De la primera de ellas, Matadoras, que reunía tanto autoras con previas publicaciones como a noveles, solo algunas narradoras han proseguido o consolidado su trabajo literario. Era una fotografía de las promesas. La antología Disidentes, en cambio, reunía a escritoras con al menos un libro publicado, y esto daba cuenta ya de lo que la literatura peruana escrita por mujeres podría ser más adelante. Digamos que mostraba una maduración. Al fin de la batalla era una antología temática, y por lo tanto su objetivo era más bien abordar la cuestión del post-conflicto desde puntos de vista hasta hoy poco explorados.

Como si no bastase ya ser es una selección que busca mostrar el trabajo de quince escritoras ya consolidadas y con un proyecto literario perfectamente distinguible. Tienen en común el ser escritoras que han comenzando – con un par de excepciones – a publicar alrededor del año 2000 y que en su universo narrativo reflejan de manera constitutiva todos los cambios sociales, culturales e incluso políticos que hemos experimentados los peruanos al entrar al siglo XXI. Por ejemplo, la aproximación al cuerpo o a la sexualidad es muy distinta a la de escritoras que las preceden, igual de distinto es el modo de presentar a los personajes femeninos, las historias trascienden el espacio local o nacional.

Si de aquí a un tiempo surge otra antología con narradoras nacidas en los noventa ¿Te animarías a decir que hay algo que las caracteriza? 

Eso solo se puede ver con la distancia del tiempo, pero creo que el acceso inmediato a la información y la rapidez con la que se transforma el mundo dejarán, necesariamente, huella en su escritura, ya sea en la forma o el tema. Estamos constituidos de lo que nos proporciona o nos quita nuestra época y la literatura lo refleja.

 

BONUS TRACK

¿Qué andas leyendo ahora?

Leo Cuentos heridos de José Carlos Aguero, Puñales escondidos de Pilar Dughi y un libro de crónicas de Emmanuel Carrère que es uno de mis escritores favoritos.

 

Foto tomada de: Lima en escena

Deja una respuesta

Regístrate

O con tu correo

Inicia sesión

O con tu correo