Autor: Pierre Castro
Editorial: Paracaídas Editores, 2015
(RESEÑA) Una pretensión de gran parte de la crítica reside en querer evaluar cualquier libro bajo los mismos parámetros, como si todos hubiesen sido escritos con el mismo objetivo o a partir de las mismas pretensiones estéticas. Si se buscara, por ejemplo, evaluar la complejidad como una virtud en una novela contemporánea que apostó por ello, esta inclinación debería influir en la mirada del reseñista. Por el contrario, hacer una evaluación con estos parámetros a un libro destinado a jóvenes, con una pretensión explícita y concreta, sería un ejercicio de vanidad por parte del crítico.
Por:
Leonardo Cárdenas
De acuerdo a esta precisión, evaluamos Orientación vocacional desde las virtudes que adquiere en su contexto de publicación. Podríamos considerarlo una especie de Diario de Greg para adolescentes, ya que está compuesto por anécdotas escolares y acompañado de ilustraciones hechas por su autor. El lenguaje que utiliza, sin embargo, no es propio de un jardín de infantes. En su lugar, Pierre Castro hace uso de un registro que podría esperarse en un grupo de amigos en la adultez temprana que se han reunido a contarse historias del colegio. Desde la portada, ese es el objetivo del libro que reseñamos: recordar al lector aquella época escolar que, probablemente, sea la que posee más anécdotas.
El colegio es un lugar que sirve como una experiencia común para los lectores y, al mismo tiempo, se caracteriza por ser distinto: cada escuela tiene su propia naturaleza. Ocurre lo mismo con cada aula. Castro acierta al utilizar este ambiente para hacer singulares a todos los personajes. Sin embargo, aquella no es la única forma de delinearlos. También lo hace cuando resuelve la historia con una imagen adulta del niño: aquello que caracterizaba a Caradechiste, por ejemplo, es lo que determinará su destino. De igual forma sucede con otros personajes que desfilan por los relatos del libro. Por ello el lector ideal de estos cuentos está vinculado a la edad de los treinta. Se trata de un adulto que recuerda a sus amigos con nostalgia y, al mismo tiempo, se percata de aquellos agujeros negros que exhibe la memoria: a muchos compañeros se les recordará con un “esa fue la última vez que lo vi”.
Bajo esos presupuestos, el sentido del título Orientación vocacional se refiere a la orientación que determinan las vivencias de las personas y no se relaciona a ninguna prueba que determine un futuro profesional. Los cuentos que se organizan bajo el primer parámetro son los que más destacan en el volumen. Sin embargo, algunos no lo logran y se estancan en la superficialidad al abordar una historia.
Hay muchos relatos que deben resaltarse por su calidad. Por ejemplo, en “Maicol”, el mejor de los veintinueve relatos, se ve cómo una anécdota dolorosa en la infancia puede determinar la asunción de cierta forma de pensar por el resto de una vida. “La criatura del lago negro”, otro relato logrado, sorprende por su vinculación con la literatura de lo extraño. Incluso podría decirse que no comparte el mismo carácter que tiene el resto, es decir, se trata de una pieza singular.
Finalmente, podemos afirmar que Orientación vocacional es un libro valioso para todo aquel que busque recordar, de manera amena y jocosa, la época escolar. A su vez, muchos adolescentes podrían hallar, en la voz del narrador, un cómplice que te habla al oído o “entre chelas”. Más allá de algunos relatos que sufren de superficialidad, este grupo de cuentos logra el objetivo de entretener y servir de incentivo a la lectura.