Por:
Gianfranco Hereña
Ha sido, sin lugar a dudas, uno de los periodistas deportivos que más marcó a varias generaciones de peruanos. Su polivalencia en distintos campos hacía a Emilio Laferranderie «El Veco» un sui generis entre sus colegas. Un día, Alonso Cantuarias, estudiante de periodismo en aquel entonces, decidió averiguar qué había detrás de aquel hombre y se encontró con un trabajo minucioso que ha dado como resultado «El Veco: el hombre que jugaba a contar historias», un compilado de fotografías y testimonios sobre don Emilio que por demás, recomiendo leer. A propósito de esta publicación, conversé con Alonso, lo sometí a #Las5cortas y esto fue lo que sucedió:
Alonso, ¿Dónde crees que radica la importancia de rescatar a una figura como «El Veco» más allá de haber sido alguien importante en el periodismo deportivo peruano?
En un contexto donde el periodismo se encuentra fuertemente cuestionado por los productos que ofrece (artículos, coberturas, tratamiento de la información, entre otros aspectos), y donde hay pocas figuras reconocidas y respetadas, tanto por los mismos profesionales como por la opinión pública, la figura de Emilio Lafferranderie se constituye como un buen referente periodístico. Conocer su trayectoria y éxito en los tres países donde radicó (Argentina, Perú y Uruguay) nos permiten descubrir a un personaje sumamente rico en historias y que nos permite reflexionar sobre cómo su estilo de trabajo basado en valores y en su capacidad narrativa le abrió puertas en todos los formatos existentes: prensa, radio y televisión.
En tiempos donde las personas están saturadas de información y estímulos visuales, y en donde los medios tienen cada vez más problemas para captar la atención, repasar la carrera de El Veco nos permite darnos cuenta que las historias y lo que uno transmita con ellas son finalmente un elemento que nunca dejará de estar vigente. Pero para lograr ser un storyteller – porque eso fue – no solo basta con una buena capacidad para hablar o escribir, se necesita incorporar una capacidad analítica que permita atar a la mayor cantidad de rubros posibles para ampliar el abanico de recursos a la hora de construir el relato y unir a los diferentes tipos de público. En esta línea, El Veco no solo era un periodista deportivo, era un periodista capaz de hablar de literatura, de música, de historia, con la misma facilidad y ello hacía que personas que no estaban interesadas en fútbol o box se vieran cautivadas por la forma cómo presentaba los acontecimientos de estos deportes.
¿Qué fue lo más difícil del proceso de seleccionar el material?
Lo más difícil de la investigación y del proceso de recolección de material fue la corroboración de los hechos. Aquí tuve que hacer frente a un factor que no había considerado inicialmente: la fragilidad de la memoria. Durante mis entrevistas a las personas que conocieron a don Emilio me topé con anécdotas o datos que eran interesantes y que narrativamente aportaban mucho pero que cuando los consultaba con otra fuente no habían ocurrido de ese modo. En ese proceso me di cuenta, una vez más, de la imprescindible que es poner a prueba la información que uno posee para no verse sorprendido con mentiras o distorsiones de la realidad. Y no es fácil pues la tentación de colocar estas historias y luego apelar al “así me contaron” es fuerte.
Otra “dificultad” que fue al final positiva fue el hecho de tener anécdotas e historias provenientes de tres países: Argentina, Perú y Uruguay. La vida de El Veco fue sumamente rica en anécdotas y fue duro escoger cuáles colocar y cuáles no. Fue un problema que todo escritor quiere tener.
El Veco no solo era un periodista deportivo, era un periodista capaz de hablar de literatura, de música, de historia, con la misma facilidad y ello hacía que personas que no estaban interesadas en fútbol o box se vieran cautivadas por la forma cómo presentaba los acontecimientos de estos deportes.
Es interesante el rótulo que le pones debajo del título: «el hombre que jugaba a contar historias». En tiempos de brevedad e inmediatez, desde tu punto de vista, ¿Puede alguien todavía tomar ese riesgo en el periodismo deportivo?
Considero que sí pero el éxito de esta apuesta dependerá de las capacidades del periodista que se atreva a hacerlo. El Veco contaba historias porque él tenía de primera mano las anécdotas de los protagonistas porque ellos mismos eran sus amigos o eran personas que le tenían mucha confianza. Eran historias contadas a manera de primicia y tú querías escucharlas porque además tenían un soporte narrativo especial por la calidad de El Veco.
¿Cuántos periodistas tienen su léxico en la actualidad? ¿Cuántos periodistas llegan a tener un grado de intimidad con los protagonistas? Y con esto no quiero decir que sea un demérito exclusivo de los hombres de prensa, sino que también el contexto ha cambiado. La relación de entre ambos actores se ha distanciado (fenómeno que empezó en los noventa).
Personalmente sí creo que el contar historias puede ser un factor diferencial en el periodismo, así como ocurre con la publicidad y el marketing. Yo soy testigo de ello en mi día a día en el trabajo. Las mejores campañas son aquellas que salen de lo informativo y logran una conexión con el público mediante narraciones que muestran lo que sienten las personas.
¿Fue realmente «El Veco» un adelantado a su época?
Sí. En tiempos donde no se hablaba todavía de un “periodismo 360°”, El Veco era capaz de desenvolverse en todos los formatos (prensa, radio y televisión) con la misma calidad y ello originaba que en todos asumieron un rol de liderazgo y reconocimiento ante la opinión pública.
De las tantas facetas que le conocimos ¿Podría «El Veco» haberse adaptado al Youtube o al formato podcast?
Indudablemente. El Veco sabía manejarse muy bien en radio, y no en vano este fue el formato en el que permaneció hasta el final de sus días. Por ello, considero que el podcast le hubiera resultado sumamente atractivo. Me imagino a un Veco produciendo contenido como el que hace Radio Ambulante o La Media Inglesa, donde más que lanzar comentarios, cuentan historias. En cuanto al Youtube, lo habría hecho muy bien porque era un hombre que le gustaba probar nuevas formas de acercarse al público y le hubiera resultado atractivo hacer un producto audiovisual desde la comodidad de su hogar.
Pero más allá del Youtube o el Podcast en lo que creo que pudo haber tenido más éxito y repercusión es en las redes sociales. Y aquí voy por partes. En una red como Twitter hubiera tenido éxito porque tenía buenos análisis que resaltaban aún más por su capacidad de síntesis. Con 140 caracteres o 280 hubiera dejado sentada su posición sobre los temas. Mientras tanto en Facebook o Instagram hubiera tenido éxito porque son redes que se acomodan a las historias que contaba y si le añadimos su basto archivo fotográfico la combinación hubiera sido magistral. Si cuentas como Juez Central tienen éxito, El Veco hubiera tenido mayor repercusión porque él mismo podía decir que estuvo presente durante el acontecimiento deportivo.