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Te voy a robar de tu casa como hizo tu padre con tu madre. Subiremos a los trenes y nadie nos atrapará. No preguntes cómo. Pero no pasará nada malo en ese viaje. Importa poco si no hay tiempo de preparar las maletas. Importa poco si no les dimos un beso a los abuelos . Vas a escaparte conmigo está noche. Es todo lo que haremos. Vamos a alejarnos de esto. Escaparnos una sola noche. Sólo tomará una noche. Y luego volver.
Es algo que los japoneses nunca entenderán.
(Instrucciones para que me creas cuando te juro que soy escritor)
Primero tienes que saber que no todos estamos tristes, ni compramos ropa en el siglo diecinueve. Que no todos tomamos los domingos con amigos inconformes y mujeres feas, que no todos vamos por el mundo con un libro bajo el brazo y la mochila vacía. Es difícil, yo sé. Pero tienes que entender que no todos parecemos escritores, hasta que escribimos. Como no todos los caníbales parecen caníbales, hasta que descubres lo que esconden en la congeladora.
«Aquí murió el payaso» juega o, al menos trata, de incluir un elemento en común. La imagen capturada, como una fotografía, es un recurso que aparece casi siempre en los poemas, muy sutilmente en algunos, como el poema «Primer intento» o «Fotografía» (valga la redundancia). También en otros, ya más evidente, como «Hipocondria».
Bodas de nada
Mi madre paga la luz.Mi padre paga el agua.
No siempre fue así.
Cuando mi madre se encargaba del aguame
decía que saliera pronto de la ducha.
Cuando mi padre pagaba la luz
no le importaba que tuviera miedo a los fantasmas.
Ahora todo ha cambiado:Mi padre deja el televisor prendido.
Mi madre los caños abiertos.
Supongo que mi padre morirá electrocutado
y que mi madre se ahogará de pena
cuando termine de quedarse sola.