Leí «Luro» a finales del año pasado. Coincidentemente, en un viaje a la Argentina, mientras sobrevolaba los lugares donde probablemente Luciana Sousa, su autora, habría bosquejado el escenario donde se desarrollaría su primera novela, la misma que le ha valido para ingresar a la lista de Bogotá 39. A propósito de ello, la invitamos a participar de #Las5Cortas y esto fue lo que nos dijo. 

 

Por:

Gianfranco Hereña

Un pueblo es el escenario de «Luro». Esto responde a algo que me parece interesante de anotar en la literatura argentina que vengo consultando últimamente (Harwicz, Lamberti) y es situar novelas en ambientes alejados de la ciudad ¿A qué crees que se deba?

Creo que el pueblo, cualquier pueblo, es productivo en términos literarios. Yo no vivo en un pueblo, nunca lo hice, y creo que ese mundo me atrae de una manera especial, me fascina. Además, yo escribí Luro en 2011, cuando todavía resonaba el conflicto político que acá se conoció como “el paro del campo”. Fue una medida de fuerza del sector agropecuario contra una ley que proponía la retención de un porcentaje de la exportación del sector. Se hizo una especie de división de aguas entre el campo y la ciudad. Volvimos a escuchar frases como que este país estaba sostenido por el campo, y se revivió la discusión sobre el modelo económico y de país, que marcó estos últimos años.

Durante el tiempo que duró este paro, cerca de tres meses, me pregunté al igual que muchos qué era el campo. Quién era el campo. Y en ese paradigma, la figura del pueblo sobre la ruta, me pareció la más interesante para explorar. Qué pasaba con esos personajes de frontera entre los dos espacios, con sus deseos, con su forma de mirar su pueblo y con sus ideas sobre una ciudad. Y esa discusión está presente en Luro.

Soy una persona que va caminando pensando en historias, o que se para en medio de la calle a grabar un audio en el celular con una imagen, un sonido, o un aroma que voy a usar después en lo que estoy escribiendo. Leí que a muchos fotógrafos, músicos y cineastas les pasa también, de mirar la vida en planos o escuchar cualquier sonido y pensar en ritmo y armonía.

Porteña, categoría 86. Estudié Comunicación y Letras. Vivo y escribo desde el barrio de Almagro. Trabajadora de prensa. Principiante. [Luro] es su primer libro publicado. Tomado de: http://www.funesiana.com.ar/luciana-sousa
Hay una sensación extraña mientras avanzan las páginas. De pronto piensas que va a ocurrir algo. Sin embargo, todo permanece tal cual. Quiero pensar que se trata de una metáfora de cómo es la vida en lugares alejados, donde el tiempo parece transcurrir a otro ritmo. Digo que lo pienso porque lo siento como una interpretación muy personal, subjetiva, pero me nace preguntártelo de todas formas ¿Fue esa la intención?

No soy de las personas que se plantean la intención o el mensaje antes de escribir. Creo que la intención es contraproducente en muchos casos para la literatura. Pero entiendo la lectura. En todo caso, yo creo que hay cosas que cambian, empezando por la protagonista. Cambian sus deseos a partir de un encuentro inesperado. Por eso hay una historia.

Un personaje aparece en el mundo de los trabajadores de este lugar y lo cambia para siempre. Es africano. ¿Crees que el hecho de que lo sea le atribuye un condimento especial?

Si, definitivamente. Creo que un otro, cualquiera sea, permite explorar mejor al personaje que una descripción. Esto es un ejercicio de taller, pero es muy cierto. Yo puedo describir detalladamente su actitud, su personalidad, sus deseos, sus angustias, pero es mucho más potente cuando lo pongo a accionar. En ese marco, no hace falta que el negro hable, ni que accione particularmente; se vuelve un “asunto”, y los personajes se ocupan de él.

Dices que en un viaje con tu padre, por la Ruta 3, dio como resultado «Luro». ¿Hay un viaje que quisieras realizar? No necesariamente con la intención de escribir, sino que creas que es un lugar donde debas estar algún día.

Me gusta viajar, y tuve la suerte de viajar mucho ya. Ahora pienso que me gustaría conocer México, y volver a recorrer parte de Latinoamérica también.

En la novela, este personaje es el que trastoca el universo de la protagonista y la obliga, digamos, a replantear su rutina. En tu vida ¿Qué es lo que te lleva a sentarte a escribir y trastocar la realidad?

Toda la vida escribí. Creo que cuando es así, hay una necesidad personal, y puramente egoísta de satisfacer un deseo tan vital como comer o dormir. Soy una persona que va caminando pensando en historias, o que se para en medio de la calle a grabar un audio en el celular con una imagen, un sonido, o un aroma que voy a usar después en lo que estoy escribiendo. Leí que a muchos fotógrafos, músicos y cineastas les pasa también, de mirar la vida en planos o escuchar cualquier sonido y pensar en ritmo y armonía.

No sabría ser de otro modo, o tendría que hacer un esfuerzo enorme para no ser así. No creo que valga la pena, además. Y pienso que la realidad se modifica con hechos concretos, que la literatura es un campo más donde dar ciertas discusiones, y darle vuelta la cabeza a alguien, pero que no es suficiente para trastocar una realidad. En ese sentido, creo en la militancia social y política.

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