Título: Río fugitivo
Autor: Edmundo Paz Soldán
Editorial: Alfaguara, 1998
Por:
Gianfranco Hereña
Dicen que todo aprendizaje parte de la imitación. Roby, protagonista de «Río fugitivo», lo sabe bien y lleva clara la consigna de querer convertirse en un escritor. Para ello apela a recursos que quizás todo novelista en formación aplica sin querer: les cambia el nombre o el final a los relatos que lee vorazmente. En pocas palabras, escribe fanzines aunque en la novela no esté dicho propiamente así.
Todo ocurre en la ciudad boliviana de Cochabamba, donde una clase de muchachos al igual que él iniciarán su último curso en el colegio Don Bosco. Es ahí, donde inmerso en la confusión propia de la adolescencia, tratará de sobrellevar el cambio que significa llegar a la adultez. Quizás la etapa de transición que conlleva a mayores riesgos debido a una serie de cuestionamientos existenciales. Los primeros amores, el temor al rechazo, todo se conjuga en un contexto de ebullición permanente en la que el mínimo desquite del protagonista parece derivar en una inminente crisis. Así, la escritura se convierte en un escape (necesario escape), a lo que ocurre a su alrededor.
Y es que a Roby le toca vivir la Bolivia ochentera. Esa en la cual mantiene una relación con su país determinada solo por lo que oye y siente en los que son sus universos más cercanos (la familia y la escuela). Cuando la muerte toca su vida (fallece uno de sus familiares) es que se produce un cambio en su manera de pensar y actuar. Roby descubre que ha vivido en una burbuja y que a partir de ese momento la vida dejará de ser tal y como la recuerda.
Para nadie es novedad de que Paz Soldán hace tiempo haya podido consolidarse como uno de los autores más representativos de la llamada generación «McOndo». Aunque en esta novela, particularmente, su voz narrativa se vea influenciada por algunos autores del boom (Vargas Llosa, por ejemplo), no deja de ser interesante debido a su estilo reflexivo. Hay momentos donde uno de los personajes se detiene a analizar actitudes y comportamientos de su entorno, generando diferentes voces dentro de un mismo relato y, queriéndolo o no, haciéndole un cumplido a sus predecesores del Boom .
Los invito a que al igual que Mario Martinez (detective y alter ego de Roby en la novela) descubramos a este gran autor boliviano. Esta fue la primera novela que leí de él y no me sentí defraudado: volví por más.
Pero como digo siempre: esa es harina para otro post.
Es un gran libro de un gran escritor como lo es Edmundo Paz Soldán
Hoy mismo, esta mañanita acabé de leer este libro, que tenía en casa desde el año 2008, que en una Feria del Libro me firmó Edmundo Paz. Me ha gustado mucho,me ha entretenido y me ha interesado, a pesar de ser un libro de adolescentes tiene muchas claves de lo que en el futuro sería Bolivia, la diferencia de clases sociales y la premonición que un día los indios ganarian el poder.Lo leí como en un momento.Loli Barbón
Me encanto tu reseña, me ayudo mucho para una tarea y estoy ansiosa por comenzar a leer el libro.