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Autor: Roberto Bolaño
Editorial: Anagrama, 2002

(RESEÑA) La voz narrativa de Bolaño adopta la forma de la necesidad y estrechez económica de Bianca, una italiana que vive con su hermano tras la muerte de sus padres en un accidente automovilístico.  Esta corta pero fascinante novela nos introduce de lleno en un universo que Bolaño domina perfectamente bien: el de la miseria y personajes que orbitan con normalidad entre situaciones complicadas.

 

Por:

Gianfranco Hereña

La voz dentro una narración surge por una repentina necesidad del autor. Habrán múltiples formas de hacerlo y cada una, a su modo, representa una dificultad y ambición distinta. En ese sentido, podríamos calificar de arriesgada la propuesta de Bolaño al meterse en la piel de una mujer que no solo no es latinoamericana sino que, además, ha tenido una serie de problemas que la han confinado al lugar en el que está ahora. Bianca y su hermano han quedado huérfanos producto de un accidente de tránsito.

Aquí, desde el inicio de la novela, se percibe a un Bolaño poético para algunas descripciones.

Nuestro auto era un Fiat amarillo, de segunda mano, pero que parecía nuevo. De él solo quedó un amasijo de hierros grises. Cuando lo vi, en el desguezadero de la policía, le pregunté a mi hermano por el color.
– ¿No era amarillo?
Dijo que si, claro que era amarillo, pero eso fue antes. Antes del accidente. Las colisiones deforman el color o nuestra forma de percibir el color. No sé que quiso decir con eso. Se lo pregunté. Dijo: luz…color…todo.Pensé que el pobre estaba más afectado que yo.

Y ciertamente, el color y la vida se le deforman paulatinamente a Bianca. La necesidad obliga a cambios, a maneras de pensar y ella, en ese sentido, se ha transformado en un manojo de desconfianza. Su personalidad es constantemente defensiva pero, al mismo tiempo, dispuesta a todo con tal de lograr un alivio económico que le permita tener un poco de aliento fresco dentro de su propia inmundicia. El dinero que les queda no es suficiente para subsistir y pronto deberán buscar trabajo para hacer frente al día a día. A duras penas consigue un trabajo en una peluquería y su hermano en un gimnasio en el que conocerá a dos hombres que se instalarán en su casa haciendo que ella sospeche de algo tan simple como su comportamiento impecable.

«Mientras estaba en la cama, como digo, con la luz apagada y los ojos abiertos, sin esperanzas de poder conciliar el sueño, uno de ellos entró a la habitación y me hizo el amor. Creo que fue el boloñés. […] esa noche volví a hacer el amor con uno de los amigos de mi hermano y la noche siguiente y la que siguió a esa noche también, y todas las noches de aquella semana y la semana que vino después».

Por eso se encargará de recordarnos, tanto al inicio, como al final de la novela que ella se transformó en «una delincuente antes que en una puta». Pese a ello,  los dos hombres (Además de acostarse con ella) pretenderán ofrecer sus servicios sexuales a Maciste, un fisioculturista ciego y decadente que esconde una caja fuerte.  Se trata, pues, de una novela de decadencia pura. Incluso podríamos decir que la estructura de la misma está concebida así (aunque no se si intencionalmente, porque va de más a menos, decae su ritmo por el final y pierde la poesía de sus primeras páginas).

“En esa época soñaba mucho y olvidaba con rapidez casi todos los sueños. Mi vida en realidad era como un sueño. A veces me asomaba a una ventana cualquiera de la casa de Maciste y me ponía a pensar en los sueños y en la vida, que era como ponerse a pensar en mis sueños que olvidaba con tanta prontitud y en mi propia vida que parecía un sueño, y no llegaba a ninguna parte, nada se aclaraba en el interior de mi cabeza, pero el solo hecho de hacerlo, de pensar en los sueños y en la vida, aligeraba de un peso incierto mi corazón o lo que yo llamaba mi corazón, el corazón de una delincuente, de una persona sin escrúpulos o con unos escrúpulos tan distorsionados que me costaba reconocer como míos.”

Está como para leerse de un tirón y gozar a Bolaño de principio a fin. Si bien, queda bastante lejos de novelas como «Tercer Reich», «Los detectives salvajes» o «2666», ésta novelita lumpen cautiva por el ambiente de marginalidad que permite que nos involucremos totalmente en la historia e intentemos descubrir como se sienten y como son sus vidas. 

 

 

 

 

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