Por:
Michel Salazar

Tratar de responder a esta pregunta es igual de difícil que definirla. Los intentos vienen desde Platón hasta el día de hoy.  Los poemas más antiguos conocidos son el poema de Gilgamesh de los sumerios, la Ilíada y la Orestiada de Horacio, pero no nos dicen algo sobre qué es poesía o por qué leerla. Las artes poéticas vienen y van: “que el verso sea como una llave que abra mil puertas” decía Huidobro, “la poesía es un lenguaje de cristal” decía Vallejo en su poema XIII de Trilce, “es la eterna inmortalidad de la muerte” decía Varela, es “todo lo que no es conocido por ser poesía” decían los anti poetas.

Etimológicamente, tampoco es posible saber qué es poesía. Si tomamos su origen griego o latino, puede significar “creación” o “hacer”.  Si vemos lo distinto que es la poesía griega de la poesía contemporánea, la poesía del Siglo de Oro español con la poesía simbolista francesa, no es posible saber qué es poesía. Sin embargo, es cierto que las personas han hecho poesía desde hace 2 mil años antes de Cristo hasta hoy.

Es irrefutable cómo a raíz de este género literario tan incierto se formaron grandes paradigmas de tradiciones poéticas, en mi opinión, representados por dos grandes poetas: Stephan Mallarmé, autor francés de Igitur, y Reiner María Rilke, autor austrohúngaro de Elegías de Duíno.  Mallarmé, representante del simbolismo francés y la poesía purista, proponía que la poesía era un lugar inalcanzable que sólo se podía llegar a través del lenguaje, apartándose totalmente de la experiencia poética, la victoria de la forma sobre el contenido.

Rilke decía que la poesía tenía que ver con todo lo que era cognoscible, sobre todo con las relaciones humanas más cercanas. Este poeta tomaba conceptos de la realidad que luego de un proceso creativo y reinterpretativo volvía a plasmar en su contexto y comunicaba en su poesía. En él, la experiencia poética y del mundo era necesaria para la creación.

A raíz de Mallarmé la poesía se volvió un juego de formas, popularizó los famosos caligramas, innovó la estructura de los poemas, pero siempre prevaleciendo el carácter de lo visual y sonoro en el poema. Los poemas puristas demostraron cómo era factible la musicalización de este género, justificándose por qué Liszt, Tchaikovsky, Debussy o Stravinski se interesaron tanto que crearon los poemas sinfónicos.

Rilke sustentó cómo es que cualquier tipo de experiencia podría ser base para la creación poética, entendiéndose por qué hay poemas que tienen una temática social o descripciones  de algún suceso. Así como dio hincapié a que cada poeta desarrolle una propuesta sobre su propia visión del mundo a partir de la poesía, llegándose a entender cada propuesta como una metáfora epistemológica del mundo.

Estos poetas son como el pico de dos montañas interceptadas, donde puedes encajar o explicar por qué los poemas existen antes y luego de ellos. En sí, no es posible decir qué es o por qué debería de leerse poesía. Respeto la libertad de elección. Sin embargo, algo es cierto, si es que usted, lector, no se hubiese nunca cuestionado “¿por qué leer poesía?”, no hubiese llegado al final de este texto. Mi recomendación es que lo haga.

(Tomado de: Diario Altavoz)

Michel Salazar
 
Limeño. Estudió en la Pontificia Universidad Católica del Perú.Actualmente es redactor cultural del Diario Altavoz. Siempre ligado a la poesía y a su creación, este joven está próximo a publicar su primer poemario. 

 

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