Por Alfonsina Storni
Unos besan las sienes, otros besan las manos,
otros besan los ojos, otros besan la boca.
Pero de aquél a éste la diferencia es poca.
No son dioses, ¿qué quieres?, son apenas humanos.
Pero, encontrar un día el espíritu sumo,
la condición divina en el pecho de un fuerte,
el hombre en cuya llama quisieras deshacerte
¡como al golpe de viento las columnas de humo!
La mano que al posarse, grave, sobre tu espalda,
haga noble tu pecho, generosa tu falda,
y más hondos los surcos creadores de tus senos.
¡Y la mirada grande, que mientras te ilumine
te encienda al rojoblanco, y te arda, y te calcine
hasta el seco ramaje de los pálidos huesos!
Buenos días. Siempre estoy revisando su perfil. Me encanta la forma y contenido. Gracias. Desde Bogotá un saludo fraterno.
Buenas tardes, me gusta esculcar las páginas de poesía y estoy pendiente de lo que publican, gracias por llenarnos el alma que anda en busca de poesía, para salvarnos de los aciagos momentos que vivimos, porque como dicen, «La poesía es el antídoto de la barbarie y del odio».
El amor se manifiesta no siempre físicamente, se ama a veces sin palabras, con temor, lo que te delatan son las acciones.
EXQUISITAMENTE INCOMPARABLE!!! ¡¡ ALFONSINA VIVE!!!
Maravillosa Alfonsina Storni.