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Título: La muerte de papi
Autor: Johnny Payne
Editorial: Animal de invierno, 2014

«La Muerte de Papi es una novela política que se ríe de principio a fin de las novelas políticas, es también, la historia en joda del derrotero vital del hijo que busca al padre que ha matado pero no ha matado, es, asimismo, una obra que destruye la coherencia de la novela tradicional para proponer otra coherencia dirigida (direccionada, diría un parlamentario) por el humor sin bozal ni correa, con el libérrimo albedrío que le debe ser característico».Por:

Luis Freire Sarria

(Texto de presentación)

Esta es la novela de un escritor feliz revolcándose el pelaje en las convenciones literarias. Por fin, un texto que se enfrenta con desparpajo al realismo triunfante de las novelas sobre nuestra guerra interna, el narcotráfico, la violencia urbana y los dilemas del amor, la familia o la iniciación en la vida. Casi podría decir que “La Muerte de Papi” es una novela de otro planeta, el planeta del absurdo y la ironía, tan menospreciados en este país de solemnes redomados.

Nada me ha dado más gusto que leer “La Muerte de Papi” y comprobar que el humor se merece los más altos quilates literarios. No sé si definirla como un carnaval o un himno a la libertad de escribir zurrándose en los derroteros que se suele establecer para una obra de su género. Tiene de todo eso y mucho más. “La Muerte de Papi” narra el periplo del joven Alex Chorrillos de la Peralta en busca de su padre asesinado por él, con tan mala puntería, que lo deja vivo y en perfecto estado, así como sus avatares de revolucionario y contra revolucionario sin querer queriendo, en un país latinoamericano imaginario que podría estar situado en Centro América, Sudamérica, Norte América, Este América, Oeste América, Sur Oeste América, América Insular, América Venusina y me faltan américas para encontrarle un lugar en el que quepa esa república del absurdo creada por el autor, que además, parece vivir en democracia, lo que la acerca unos kilómetros al Perú como a tantos otros países del continente donde el absurdo es realidad. ¿O será que la realidad es absurda y nuestros países recalientan el concepto con sus conductas?

Quién sabe, el absurdo jocoso y liberado de la república de Alex Chorrillos de la Peralta nos haga más felices que el desesperante y triste desfile de barbaridades que vivimos a diario en nuestro país. Yo creo que sí. Si pudiera, me nacionalizaba, especialmente para conocer a Lusitania, una mujer o mujer en apariencia, capaz de hundir en la desesperación un transatlántico cargadito de hombres. Al menos, así lo pienso.
La Muerte de Papi es una novela política que se ríe de principio a fin de las novelas políticas, es también, la historia en joda del derrotero vital del hijo que busca al padre que ha matado pero no ha matado, es, asimismo, una obra que destruye la coherencia de la novela tradicional para proponer otra coherencia dirigida (direccionada, diría un parlamentario) por el humor sin bozal ni correa, con el libérrimo albedrío que le debe ser característico. Las imágenes humorísticas son brillantes y originales, si quisiéramos desmontarlas, hallaríamos que se nutren de relaciones contra natura devenidas naturales. Nada define mejor al humor en general, que los desvíos inesperados de la lógica y el hallazgo de relaciones inesperadas, es por eso que debemos caracterizarlo como un machete que desbroza caminos donde no parece haberlos y matrimonia elementos en apariencia dispares, para encontrar relaciones insospechadas allí donde nadie imaginaría que las hay. La Muerte de Papi le dispara al trajinado concepto de la verosimilitud, instaura lo inverosímil como medida de la realidad, nos demuestra, por ejemplo, que las caníbales que habitan una selva que me pareció no ser más extensa que el Olivar de San Isidro, pueden hablar y hablan como perfectas bonaerenses hinchas del River Plate.
No conocía ni de vista a Johnny Payne, es más, cuando escuché su nombre por primera vez, creí oír Johnny Page, por lo que decidí rebautizarlo como Juan Página. Se me ha informado que es norteamericano, pero vista la manera como escribe, yo diría que lo es de casualidad, en todo caso, sería esa distancia cultural y nacional lo que lo liberaría de compromisos emocionales e históricos con un país como el Perú, compromisos que podrían haber trabado su libertad de narrar como le diera su real gana.
El ludismo escarapela, es lo opuesto a la escarapela de fiestas patrias, asusta a las tradiciones literarias sustentadas en la trascendencia temática y en la defensa de un nacionalismo cultural que se defiende de la amenaza de la disolución de lo nacional en la globalidad, un temor por lo demás infundado, porque la uniformidad que sueñan las trasnacionales de la comida chatarra, por dar un ejemplo, es tan utópica como el aislamiento absoluto, por algo existe la hamburguesa con salsa criolla. “La Muerte de Papi” es profundamente latinoamericana, lo es no solo porque propone un país imaginario que se nutre de los que integran nuestro continente moreno, sino por su lenguaje, que siendo asequible para todos, huye del estilo CNN (Ci en en) que alguna vez, una editorial trasnacional le exigió a un escritor peruano para publicarle su novela. Bienvenidos pues, al país de Alex Chorrillos de la Peralta y buen provecho.

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