En mi afán por conocer toda la filografía de Meryl Streep (mi actriz favorita, ya lo he dicho antes), me topé con Kramer Vs. Kramer (1979), de Robert Benton, ganadora de cuatro Oscars, incluyendo el de “Mejor Película”. En ella, Meryl interpretó a la antagonista, mas no una antagonista común. Generalmente esperamos que este rol corresponda al del “malo”, pero en un drama como Kramer Vs. Kramer, la cosa es más complicada.

¿De qué va esto?

Pues de una pareja feliz que deja de serlo… De ser feliz y de ser pareja. Todo arranca cuando vemos a una perturbada Joanna Kramer (Meryl Streep), diciéndole a su pequeño hijo Billy (Justin Henry) que lo ama. Luego de esto, entra su marido, Ted Kramer (Dustin Hoffman), con la excelente noticia de que lo han ascendido. Está tan feliz que no escucha lo que su dolida mujer tiene que decirle. Él está en lo suyo, ocupadísimo… hasta que ella suelta las llaves, le habla de una serie de cuentas y toma una maleta.

Ahora lo comprende todo.

“Ted, voy a dejarte.”

Joanna está cansada de no tener voz; de haberse pasado la vida siendo hija, esposa, madre, pero nunca ella misma. Adora a su hijo, pero la situación asfixiante en que vive le ha hecho convencerse de que no es buena para él, así que decide dejarle con Ted y marcharse.

Ted enloquece. Ahora debe hacerse cargo de todo: de sostener la cuenta más importante de la compañía, de preparar el desayuno para él y su hijo, llevarle y recogerle del colegio, hacer las compras, etc, etc, etc. En otras palabras, se convierte en padre y madre de Billy, a la vez que trata de hacer frente a la soledad.

Lee la reseña completa en: http://cinematosiscronica.blogspot.pe/2014/07/drama-de-familia.html

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