Soñé la muerte y era muy sencillo:
Una hebra de seda me envolvía,
y a cada beso tuyo
con una vuelta menos me ceñía.
Y cada beso tuyo
era un día.
Y el tiempo que mediaba entre dos besos
una noche.
La muerte es muy sencilla.
Y poco a poco fue desenvolviéndose
la hebra fatal. Ya no la retenía
sino por un sólo cabo entre los dedos…
Cuando de pronto te pusiste fría,
y ya no me besaste…
Y solté el cabo, y se me fue la vida.
Leopoldo Lugones (1874-1938)
La muerte: inoportuna, inefable pero que fascina e inspira al escritor…
Guarda mucho parecido a un poema de Antonio Machado, que lleva por título LA MUERTE.
Tan simple,morir sin aspavientos,sin lamentos.(solo vive, sólo vive…).