Una vez más, el autor chileno nos sumerge en su ambiente preferido: aquel del norte chileno con aroma a salitre, de las minas a tajo abierto y del folclore, hasta ahora muchas veces desconocido, de los pobladores que ahí habitaban. Aunque él mismo se confiese como un autor poco documentado, cada personaje tiene una forma particular de hablar que lo hace inconfundible.
Por:
Gianfranco Hereña Rodríguez
«Había escrito la historia de la pampa desde el punto de vista del fútbol (‘El Fantasista’), del cine (‘La contadora de películas’), del horror de la masacre (‘Santa María de las flores negras’) y desde el juego de azar (‘Mi nombre es Malarrosa’). Me faltaba contarla desde el punto de vista de las fiestas, del baile…»(Chequea aquí las reseñas de esas novelas), dijo Hernán Rivera Letelier el pasado domingo cuando le tocó presentar en la Feria Internacional del libro de Lima, su más reciente novela «Historia de amor con hombre bailando».
En ella, una vez más, el autor chileno nos sumerge en su ambiente preferido: aquel del norte chileno con aroma a salitre, de las minas a tajo abierto y del folclore, hasta ahora muchas veces desconocido, de los pobladores que ahí habitaban. Aunque él mismo se confiese como un autor poco documentado, cada personaje tiene una forma particular de hablar que lo hace inconfundible. Queda demostrado con ello el profundo conocimiento que tiene sobre el lugar sobre el cual escribe y eso es un plus que nos ayudará a comprender sobre qué tipo de suelo estamos pisando conforme avanzamos en la narración.Tardé poco menos de una semana en terminar de leerla y es que como gran parte de sus novelas, atrapa por la sencillez de su prosa y por el humor tan ingenioso que lo caracteriza.
La historia
Fernando Noble (Alias «El feo»), llega a la oficina de Coya junto a su mujer, Ana Santa Fe. La pareja destaca por sus contrastes. Ella es una mujer muy atractiva, agradable para la vista de cualquier hombre y, hasta cierto punto, «inalcanzable» para alguien como él. Lo que la mayoría se pregunta es cómo le hizo «El feo» ( es tan feo que otro apodo no tiene) para conquistarla. Poco o nada tardarán en descubrir cuál es su verdadero gancho de seducción. «El feo» demuestra sus dotes de bailarín y es tan hábil que poco a poco se gana el respeto de la gente a punta de mambo, merengue, tango y bolero.
Conforme se desarrolla la trama, El Feo descubre la tragedia (se muere su esposa). el amor (se vuelve a enamorar) y la discriminación ( se cierne una maldición sobre él y se presume que toda mujer que sea su pareja de baile, está expuesta a un final trágico).
De esta manera, «El feo» se transforma en un personaje riquísimo, cargado de ademanes que nadie entiende pero que resultan humorísticos ( baila incluso cuando no tiene pareja, hasta con una puerta), la pasión que imprime a lo que hace ( a pesar de ser un tipo muy callado, es el centro de atracción siempre y hasta se transforma en un emblema del pueblo, amado por todos).
Dividida en tres partes y con muchos espacios que dan respiro al lector, «Historia con hombre bailando» solo confirma la capacidad de Rivera Letelier para contar, una vez más, otra historia del mismo lugar pero con sabor distinto.
