—¿Cuál fue para ti el momento más difícil de la novela?

—Empezar. Recuerdo muy bien el día en que terminé con mucha dificultad la primera frase, y me pregunté aterrorizado qué carajo vendría después. En realidad, hasta el hallazgo del galeón en medio de la selva no creí de verdad que aquel libro pudiera llegar a ninguna parte. Pero a partir de allí todo fue una especie de frenesí, por lo demás, muy divertido.

—¿Recuerdas el día en que la terminaste? ¿Qué hora era? ¿Cuál fue tu estado de ánimo?

—Había escrito dieciocho meses, todos los días, de nueve de la mañana a tres de la tarde. Sabía, sin duda, que aquel sería el último día de trabajo. Pero el libro llegó a su final natural de un modo intempestivo, como a las once de la mañana. Mercedes no estaba en casa, y no encontré por teléfono a nadie a quien contárselo. Recuerdo mi desconcierto como si hubiera sido ayer: no sabía qué hacer con el tiempo que me sobraba y estuve tratando de inventar algo para poder vivir hasta las tres de la tarde.

—Debe haber algún aspecto fundamental del libro que los críticos (los críticos por los cuales tienes tanta aversión) han pasado por alto. ¿Cuál sería?

—Su valor más notable: la inmensa compasión del autor por todas sus pobres criaturas.

—¿Quién ha sido el mejor lector del libro para ti?

—Una amiga soviética encontró una señora, muy mayor, copiando todo el libro a mano, cosa que por cierto hizo hasta el final. Mi amiga le preguntó por qué lo hacía, y la señora le contestó: «Porque quiero saber quién es en realidad el que está loco: si el autor o yo, y creo que la única manera de saberlo es volviendo a escribir el libro». Me cuesta trabajo imaginar un lector mejor que esa señora.

 

Fragmento de : El olor de la guayaba. Conversaciones con Plinio Apuleyo Mendoza

6 comentarios para “Gabriel García Márquez sobre «Cien años de soledad»

  1. Nos hizo herederos temperamentales de aquella familia fundadora de macondo.
    En algún espacio de nuestras vidas, nos encontramos viviendo como si fuéramos uno más de los buendia de aquella estirpe de los buendia!

  2. Es fascinante, un mundo del que no quisieras salir, lo leí por primera vez en mi adolescencia, y despues de haber leido muchos y muchos libros exelentes, no he encontrado otro tan genial, cada vez que lo leo encuentro una nueva metáfora de esta nuestra vida y de la historia de cualquiera de nuestros pueblos de america

  3. Pienso que el Realismo Mágico de García Márquez, radica en haber capturado y expresado en forma genial, el espíritu del Caribe. Decenas de miles de hombres y mujeres de estas latitudes confirman su existencia con sus historias, mitos y leyendas familiares.

  4. A mi pueblo llevó el libro un amigo y se regó el cuento por todas partes. Ahí empezó a circular de mano en mano, que por ser una historia bien contada, fué rápida su lectura por cada uno de los interesados, hasta que fue conocido por gran parte de la población, dando paso a volverse tema obligado donde hubiera más de dos personas.

  5. Lo leí hace ya algunos años, se lee como si fuera agua, era como estar hipnotizado, he leído muchos libros que son excelentes en los que pierdes la noción del tiempo en sus páginas, pero Cien años de soledad, aparte de lograr esto, también imprime un ritmo en la cadencia de cada palabra y frase elaborado meticulosamente que lo hace hipnotizante. Me gustaría volver a leerlo en otra oportunidad.

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