Por Jaime Sabines

Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.

Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: «qué calor hace», «dame agua», «¿sabes manejar?», «se hizo de noche»… Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho «ya es tarde», y tú sabías que decía «te quiero»).

Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.

Recuperado de: Algunos poemas de Yuria (1967)

12 comentarios para “Espero curarme de ti

  1. La mejor forma que conozco, de sanarse de amor, es llenándose de amor propio, amarse uno mismo, cuando lo logres, no dependerás de nadie, uno mismo se complementa, no se necesita nada más, ni nadie más. No necesitarás mendigar amor.

  2. El Amor lo es todo, ….. si no te da vida entonces no es amor. Si no te da alegría entonces no es amor. Si no te llena, si no te completa, si no te inspira, si no te impulsa, si no te sana, si no te llena de gozo, si no te lleva a su lado ……… Entonces no es Amor.
    Porque el Amor lo es todo, siempre querrás más y no querrás perderlo por qué siempre estarás amando y cada día más.

  3. Curarse de alguien solo lleva a otra enfermedad, la soledad. La vida es así, sale uno de una “enfermedad “ y entramos a otra. Igual pero diferente. Enfermedades que matan y enfermedades que dan vida. También puede uno salir del panteón para ir al manicomio.

  4. No se puede elegir a quien amar. Simplemente amamos.
    El amor se nos convierte en dolor cuando sentimos que no es correspondido.
    El amor no correspondido parece una llave de agua abierta frente a alguien que no tiene sed.
    El dolor invade al confrontar esa injusticia natural de amar irremediablemente a quien no nos ama. Y ni siquiera hay un culpable a quien atribuirle esa pena.

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