Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Todos saben que vivo,
que soy malo; y no saben
del diciembre de ese enero.
Pues yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Hay un vacío
en mi aire metafísico
que nadie ha de palpar:
el claustro de un silencio
que habló a flor de fuego.

Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Hermano, escucha, escucha…
Bueno. Y que no me vaya
sin llevar diciembres,
sin dejar eneros.
Pues yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Todos saben que vivo,
que mastico… Y no saben
por qué en mi verso chirrían,
oscuro sinsabor de féretro,
luyidos vientos
desenroscados de la Esfinge
preguntona del Desierto.

Todos saben… Y no saben
que la luz es tísica,
y la Sombra gorda…

Y no saben que el Misterio sintetiza…
que él es la joroba
musical y triste que a distancia denuncia
el paso meridiano de las lindes a las Lindes.

Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo,
grave.

6 comentarios para “Espergesia : Un poema de César Vallejo

  1. VALLEJO

    El dolor inclemente que devora
    fue cosecha de versos en tu vida
    por heraldos nacidos en la herida
    sin parnasos ni musa protectora.

    “Hay golpes en la vida”. Lo sé ahora;
    profecía terrible, fratricida,
    y que enrostra la cólera sentida
    por el dios de la espada vengadora.

    Como perros que siguen a sus presas,
    la miseria mostró su cara dura
    en tus años difíciles y crueles.

    Las Españas te dieron sus tristezas,
    y la Francia, pobreza y sepultura,
    y la gloria, corona de laureles.

    Carlos Oyague Pásara

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