Por César Vallejo

REANUDO
mi dia de conejo,
mi noche de elefante en descanso,
Y, entre mí, digo:
esta es mi inmensidad en bruto, a cántaros,
este es mi grato peso,

que me buscará abajo para pájaro;
este es mi brazo
que por su cuenta rehusó ser ala.
estas son mis sagradas escrituras,

estos mis alarmados compañones.

Lugubre isla me alumbrará continental,
mientras el capitolio se apoye en mi íntimo derrumbe
y la asamblea en lanzas clausure mi desfile.
Pero cuando yo muera
de vida y no de tiempo,
cuando lleguen a dos mis dos maletas,
éste ha de ser mi estómago en que cupo mi lámpara en
[pedazos,
ésta aquella cabeza que expió los tormentos del círculo en
[mis pasos,
estos esos gusanos que el corazón contó por unidades.
éste ha de ser mi cuerpo solidario
él
vela el alma individual;

este ha de ser
porque

mi ombligo en que maté mis piojos natos,

está mi cosa cosa, mi cosa tremebunda.

En tanto, convulsiva, ásperamente
convalece mi freno,
sufriendo como sufro del lenguaje directo del león:
y, puesto que he existido entre dos potestades de ladrillo,
convalezco yo mismo sonriendo de mis labios.

Tomado de:

Poemas humanos 

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