Por: Gianfranco Hereña
Fuentes logra adentrarnos en la historia de México. No sería, sin embargo, la primera ni la última de sus novelas observada bajo esta temática. Muy a su manera, esta idea está presente también en «Aura» y «La muerte de Artemio Cruz».
El viaje es impactante. A través de cinco relatos, cada uno con un narrador distinto, Fuentes cautiva por su versatilidad y un amplio dominio tanto de fechas como personajes. He podido hallar a través de «El naranjo» el exotismo que tanta fama le granjeó al denominado Boom Latinoamericano y también, por qué no, una forma entretenida de comprender los avatares de la conquista de América Latina.
“En El naranjo, se reúnen mis más inmediatos placeres sensuales –miro, toco, pelo, muerdo, trago- pero también la sensación más antigua: mi madre, las nodrizas, las tetas, la esfera, el mundo, el huevo…”.Carlos Fuentes
De esta manera, veremos como Jerónimo de Aguilar, hombre que llega junto a Cortés en pos de la conquista del nuevo mundo, narra los entretelones a la llegada de los navíos españoles. Plantea una relación cercana con las tribus aztecas que logra descubrir y acaso en ellas, también, podremos vernos reflejados a nosotros mismos siendo domesticados por una estirpe de hombres que imponen su cultura por la fuerza del hierro y el arcabuz.
México se inaugura como un Estado anárquico, sumido en constantes disputas por el poder y ahí donde en el segundo relato, Martín II, hijo de Cortés con la Malinche(india azteca), intercambia juicios sobre su padre, su madre y la colonia con su hermano Martín I (nacido en España). El ping pong de diálogos deriva en una idea fija de la injusticia que luego en el relato ; «Las dos Numancias», Polibio de Megalópolis tratará de absolver bajo su perspectiva romana mientras narra cómo fue la conquista desde antes que los territorios de la península se llamaran «España».
Este es un vistazo rápido a tres del «pentateuco» de relatos con los que podrán toparse. No me tiembla el pulso para sacrilizar a este libro, desde mi punto de vista, una verdadera joya capaz de devolvernos a nuestro pasado.
Me parece una buena síntesis del libro. Además, la forma en que el naranjo es una representación del mestizaje y el encuentro de culturas es excelente.
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