Por:

Irina Burgos

Hoy  (8 de mayo de 2019) se cumplen siete años de la muerte de Maurice Sendak, el extraordinario escritor estadounidense cuyas obras literarias han constituido un parteaguas en la historia de la literatura infantil y juvenil. La calidad de su producción literaria, de talante eminentemente transgresor, ha merecido la atención de la crítica especializada y el reconocimiento a través de numerosos galardones, como el Premio Hans Christian Andersen, categoría ilustración, en 1970, la medalla Caldecott en 1983, el premio ALMA en 2003 y la medalla Laura Ingalls en 1983.


Donde viven los monstruos (1963) es su obra más emblemática. En palabras de Ivonne Lonna, Sendak fue un innovador y transgresor al ir más allá de lo apropiado ya que hasta la década de los sesenta del siglo XX, el tema de los monstruos era poco frecuente en la #LIJ. Asimismo, dicha obra marcó una nueva etapa en el libro álbum porque captó a lectores adultos que contribuyeron en la apreciación, crítica, interpretación y, más tarde, a la producción de obras artísticas y literarias.

¿Qué ofrece esta obra en términos estéticos?

– Ilustraciones de alta calidad.
– Detalladas texturas y poco texto en diversas escalas: ¾, ½ página, página completa, doble página, lo que provoca un juego visual dadas las distribuciones espaciales de las imágenes.
– Uso intencionado de grandes formatos para anular cualquier marco con el fin de producir acercamientos.
– Uso de márgenes de diferente grosor e imágenes en menor escala para evidenciar distanciamientos con espacios vacíos o blancos.

Así, Donde viven los monstruos es una exquisita obra literaria donde todos sus elementos logran transmitir de manera efectiva las emociones del personaje principal.

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