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Título: El hombre que tenía medio morir
Autor: Elmer López Guevara
Editorial: Pasacalle, 2012

Conformado por once cuentos, la presente obra se configura como una interesante propuesta en el panorama narrativo peruano último. El autor, Elmer López Guevara (Trujillo, 1962), narrador y docente universitario, obtuvo en 2010 el Premio Copé de Plata, en la categoría de Cuento; y en esta colección de relatos, El hombre que tenía medio morir, su primer libro, aparece también precisamente aquel bello texto con el que obtuviera dicho premio, y que ahora da título al conjunto que aquí reseñamos.

Por:

Jorge Ramos Cabezas 

Para todos los cuentos, es de destacar el buen manejo de los elementos narrativos (ambientación, personajes, descripciones, acción, diálogos, etc.), así como el tono de las historias que, en general, se muestran parejas en su calidad. Por otro lado, la visión del mundo que se desprende de cada relato nos hace recordar a los clásicos del realismo maravilloso, como Rulfo, por ejemplo, o entre nosotros, a Cronwell Jara, Gregorio Martínez o Gálvez Ronceros. Sin embargo, no se crea que todos los relatos son mágico-realistas, pues los hay también fantásticos y extraños, y entre los cuales se encuentran los mejores textos del libro, como “Vida rupestre” o “¿Y los cholos?”.

Así, la muerte, el campo, la otredad, la vida provinciana, los hechizos de bruja, la mostración de otros mundos posibles, la sensualidad, el amor y la poesía se juntan en este cuentario, para revelarnos la magia que habita fuera del realismo convencional o citadino. Así, solo por mencionar algunos cuentos, en “El hombre que tenía medio morir” asistimos a la repetición eterna de la muerte de un individuo, el malhechor Pancho Maqui, cuyo fin cambiará cuando su hijo decida sacrificarse y acompañarlo en este camino.

En “Vida rupestre”, se critica la modernidad alienante y aniquiladora, a través de un narrador que representa al hombre primitivo, quien habrá de transportarse fantásticamente, junto a toda su familia y comarca, a las paredes de sus cavernas, al verse invadido y atacado por el hombre moderno; en “Matacuernos”, se presenta una aterradora aldea que castiga a los infieles con la castración, penalidad que está dejando al pueblo lleno de eunucos; en “¿Y los cholos?”, nos enfrentamos ante un sobresaliente cuento, en el cual el autor ha sabido explotar un clásico elemento de lo extraño: el sueño, pues a través de este se resuelve el caso del encantamiento de unos niños que presenciaron lo que no debieron ver en la cima de un cerro; en “Con Cata otra vez”, somos testigos del amor inconmensurable de un hombre por una mujer, que ha durado más de treinta años, a pesar de la distancia; en “El Gavilán no pudo hacer saber al pueblo que doña Tila es una bruja que sale por las noches a volar en su vieja escoba de palo”, se presenta la historia de un pobre hombre convertido en pájaro por una secreta bruja, tras haberse visto descubierta, y que ahora intenta acusarla, con sus graznidos, sin éxito alguno (un texto que nos recuerda en parte a la leyenda del Ayaymama).

En “Eloy”, se narra el sufrimiento y proceso de locura de un chico y su madre, quienes han comprobado que la hermana de aquel ha sido convertida en perro, por culpa de un hechizo; y en “Todavía me acuerdo de vos, Jesucristo”, otro de los textos más logrados, asistimos a una bella historia de adolescentes, sensualidad y descubrimientos, y cuya prosa nos hace recordar a Los inocentes de Oswaldo Reynoso. En este cuento, la Jesucristo es una extraña mujer que otorga besos cada viernes por la tarde, en un lugar también misterioso, a un grupo de escolares, quienes, embelesados, solo vivirán por ella. Gran desilusión les causará cuando descubran la fealdad de la mujer —quien hasta entonces siempre los había recibido entre antifaces, abanicos y disfraces—, al ver una herida gigante en su rostro y “su pierna tullida, solo hueso, un pedazo de carne amoratada que asomaba por debajo de su falda” (71). Sin embargo, solo uno de ellos se quedará con ella hasta el final.

Sin duda, El hombre que tenía medio morir viene a constituirse en una agradable sorpresa en el espectro narrativo actual —el cual, como sabemos, aunque a veces lo olvidamos, no se reduce a la farándula literaria limeña— y más aún, si consideramos que se trata de una ópera prima, a pesar de la edad de su autor, quien, estamos seguros, ha dejado macerar sus creaciones el tiempo que ha creído necesario antes de darlos a la luz. Lectura recomendable.

 

 

 

Un comentario para “El hombre que tenía medio morir- Elmer López

  1. Tal vez con la autorización del autor se podría publicar al menos una página de uno de los cuentos o novelas que se comentan aquí, para tener una idea del estilo y prosa de los autores. Ayudaría mucho.
    Otra sugerencia es poner donde encontrar los libros disponibles para compra.

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