“Mi madre fue muy imaginativa y con una cierta visión del mundo. No era una gente culta pero era incurablemente romántica y me inició en las novelas de viajes. Con ella leí a Julio Verne. Es extraño porque las mujeres no leen a Julio Verne. Mi madre leía mala literatura, no era culta pero su imaginación me abría otras puertas. Teníamos un juego: «Mirar el cielo y buscar la forma de las nubes e inventar grandes historias.» Esto sucedía en Bánfield. Mis amigos no tenían esa suerte. No tenían madres que mirasen las nubes. En mi casa había una biblioteca y una cultura».
Julio Cortázar, Publicada en Revista Plural, nº 44, mayo de 1975, México

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