(NOTA) Consoladores reconvertidos en letales misiles de látex, perversos nanobots recorriendo fluidos vaginales y una ermitaña sexual refugiada en el Himalaya cuyo vello púbico —de extensión modelo barba de talibán— barre un suelo tapizado de huesos de peregrinos no parecen, a primera vista, los materiales más adecuados para escribir una novela romántica, pero Chuck Palahniuk ha resuelto esa paradoja. Eres hermosa empieza como una ortodoxa entrega de esa chick-lit (literatura para mujeres) que escala listas de ventas y suele funcionar como sucedáneo editorial (y asequible) de un bolso de Louis Vuitton, unos manolos o un dildo con incrustaciones de Swarovski, pero, avanzada la trama, el veneno de la transgresión no tarda en poner los códigos del género patas arriba.

Por: 

Jordi Costa

«A un nivel puramente superficial, la novela funciona como una parodia de la chick-lit», confiesa el autor» pero Eres hermosa también intenta hablar seriamente de la adicción por la excitación y de cómo algunas de las experiencias más profundas del ser humano se están convirtiendo en mercancías de consumo. La novela no habla tanto de las mujeres como de los hombres, que son los que antes han caído en esta trampa, al obtener su excitación a través del con- sumo de videojuegos y pornografía. Parece que a nosotros no nos está permitido hablar del problema y, por eso, recolocar el asunto en el mundo delas mujeres me parece una manera más segura de lidiar con elasunto».

Sin duda, Palahniuk se arriesga a recibir acusaciones de misoginia, pero que nadie lance la primera piedra antes de que formule su defensa: «La principal diana de mi sátira soy yo mismo: casi todas mis novelas parten de algún aspecto de mí que me parece ridículo. Cuando hablo de mí, prefiero hacerlo de manera indirecta. O sea que, al haber escogido protagonistas femeninas en todas mis últimas novelas, no hago otra cosa que llevar al extremo este proceso de extrañamiento que también era importante en mis obras con protagonistas masculinos. Centrar el protagonismo en una mujer es un buen modo de marcar las distancias con respecto a mí mismo y al tipo de hombres que estoy diseccionando en mis trabajos».

La chick-lit todo lo iguala: incluso ha conseguido succionarle todo factor desestabilizador a la cultura BDSM (sadomasoquismo, dominación y sumisión) a través de fenómenos como el de Cin- cuenta sombras de Grey y su porno para mamás (o, directamente, abuelas), novela de la que Palahniuk solo leyó las dos primeras páginas. Eres hermosa traviste la pesadilla consumista de nuestra era para reapropiarse de la chick-lit —entendida como pernicioso instrumento de conformidad— transformándola en heterodoxo evangelio para una nueva forma de feminismo levantada sobre el punto G de la aldea global.

En la novela no faltan insidiosas referencias a la saga Crepúsculo: «Fenómenos literarios como ese ofrecen a sus lectores una suerte de cumplimiento de un deseo o fantasía privados a través de la ficción. En EE UU, incluso se ha llegado a pervertir el término canónico que definía a la literatura de ciencia-ficción: antes, hablar de «SF novels» implicaba hablar de novelas de ciencia-ficción, pero hoy el término identifica a las llamadas shopping & fucking novels, porque en ellas los personajes no hacen otra cosa que salir de compras y follar, que es lo que el mercado supone que son las ocupaciones prioritarias de las mujeres. O sea, que en Eres hermosa he intentado copiar directamente muchas de las estrategias de estas novelas de comprar y follar, como El diablo viste de Prada, donde, de hecho, la protagonista joven se pone en manos de una mujer mucho mayor que se convertirá en su mentora».

Aquí, la heroína en cuestión es Penny Harrigan, una abogada de Nebraska, solitaria y poco agraciada, que intenta abrirse camino en la jungla del derecho de la Gran Manzana. Su mentora lúbrica será Baba Barbagris, hechicera del placer que construye dildos con clavículas humanas y prepara infusiones de liquen y gachas de serpiente con grumos, entre otras lindezas gastronómicas. Pero, antes de llegar a esa fascinante relación entre maestra y discípula, Eres hermosa plantea, en clave de contemporáneo cuento de hadas, el improbable romance entre Penny y el multimillonario C. Linus Maxwell, un Steve Jobs de la ortopedia erótica.

Artículo completo en: http://elpais.com/elpais/2016/05/11/tentaciones/1462977400_046702.html

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