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Un libro al día

Los lados del círculo ha sido clasificado como libro de relatos, aunque está, de hecho, en la barrera entre el libro de relatos con marco, y la novela episódica. El primer texto, titulado «El puzzle (fragmento)» -que enlaza obviamente con el último, titulado «El puzzle (suite e fin)»- nos presenta a un grupo de personajes, incluido el propio narrador, que se reúnen en la playas de Porto Alegre para hacer esculturas circulares formadas por objetos varios. El resto de los relatos nos muestran los destinos (algunos de ellos trágicos) de estos personajes, lo que da unidad a un conjunto por lo demás muy variado, en cuanto a tramas y técnicas. 

Respecto a las tramas, hay cierta tendencia a reflejar seres solitarios o desquiciados (como en «Teatro de muñecos» o «La aventura práctico-intelectual del señor Alexandre Costa»), e historias amorosas más o menos convencionales (en «La próxima línea» o «The end»); la violencia social o sobrenatural se hace presente en relatos como «Círculo vicioso» o «Verano». La propia escritura también se convierte en tema en relatos como «A/A Editor cultura sigue resp. Cf. Solic. Fax» o «Coartada», o a través de la pregunta, repetida como un estribillo a través de todo el libro: «¿Estás escribiendo?». De hecho, la última frase del libro es «Voy a escribir».

Pero como decía, lo que destaca sobre todo en este libro es la maestría técnica del autor, que hace casi un muestrario de maneras de narrar: el monólogo interior, la narración en primera persona, la autoficción, el seudo-informe, permitiéndose también algunas experimentaciones formales (textos a doble columna, representaciones tipográficas del espacio, textos fragmentarios…) a las que la mayoría de los escritores parecen haber renunciado, aunque no hayan dejado de ser efectivas.

Creo que es imposible hablar de Los lados del círculo sin mencionar a Julio Cortázar, y no solo porque aparezca como personaje en uno de los relatos. El mundo de Amílcar Bettega es muy cortazariano, aunque con menos elemento fantástico. Incluso el estilo de algunos relatos recuerda un tanto al de Cortázar, así como el viaje final a París (no se puede leer la expresión el «lado de acá» sin pensar en Rayuela). Pero esto no quiere decir que Bettega sea un simple imitador de Cortázar, sino que comparte con él inquietudes que van del contenido a la estructura al estilo, o del estilo a la estructura al contenido; que traspasan toda la obra, vamos.

Los lados del círculo es, en todo caso, la obra de un escritor que ya ha sido reconocido en su país, y que merece ser más conocido «en el lado de allá», o sea, en el nuestro. Os recomiendo buscarlo, comprarlo y leerlo; ya no se escriben muchos libros como este, por lo menos en España.

(Texto tomado directamente de la dirección: http://unlibroaldia.blogspot.com/2012/04/colaboracion-vastas-emociones-y.html)

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