Por Herman Hesse

«Creo que “El lobo estepario” es el libro mío que más a menudo y con más vehemencia ha sido mal interpretado y muchas veces han sido precisamente los lectores partidarios del libro, e incluso los que estaban entusiasmados con él, y no los adversarios, los que han hablado de la novela de una manera para mí extraña. En parte, pero solamente en parte, la frecuencia de estos casos se debe a que este libro está escrito por un hombre de cincuenta años y que tratando precisamente de los problemas de esa edad, ha caído muy a menudo en manos de lectores muy jóvenes. Yo desde luego no quiero ni puedo prescribir a los lectores cómo deben entender mi historia. Que cada uno haga con ella lo que le parezca conveniente y le resulte útil. Pero me gustaría que muchos se diesen cuenta de que la historia de “El lobo estepario” relata una enfermedad y una crisis, pero no una enfermedad que conduce a la muerte, no un desastre, sino lo contrario: una curación».

10 comentarios para “Sobre las malas interpretaciones de «El lobo estepario»

  1. Gracias Sr. Hesse, completamente de acuerdo con Ud. Cuando leí su obra era joven y aún no tenía mucha idea de lo que era una obra literaria. Me dejó confundida, como a muchos otros.
    Y sin embargo, una obra literaria presenta tantas facetas y el lector puede defender su punto de vista si tuviera los argumentos para respaldar su opinión. Esa es la belleza de la literatura — una de sus cualidades es su poder para despertar diferentes reacciones en diferentes lectores. Y «tener la razón» muchas veces es poco relevante en la literatura.

    1. Es muy cierto lo de las interpretaciones diversas a la idea original del escritor. Yo leí El Lobo Estepario en mi adolescencia y me sentí plenamente identificado y me decía a mí mismo que yo era “un lobo estepario”. Ya de adulto lo volví a leer y seguí viendo las mismas angustias, soledades y búsquedas de respuestas que solemos vivir en la adolescencia.

  2. He leído muchas veces El Lobo Estepario. En cada ocasión, según mis circunstancias personales, extraigo distintas interpretaciones y destaco diferentes pasajes. Cosas ambas que me encantan.
    Una obra, al ser hecha publica por parte de quien la creó, cobra vida propia. Con independencia de lo que la inteligencia creadora quiso con ella transmitir, lo cierto es que diferentes personas pueden extraer diversas y variadas interpretaciones y enseñanzas de dicha obra. Incluso más allá de lo imaginado por la propia mano creadora.
    Esa, creo, es la magia y la grandeza del arte, la cultura, así como del hecho humano en general. Ser capaces de trascender todos los límites, explotando nuestra imaginación y explorando nuevas posibilidades.

  3. Hola editores, cuál es la fuente o donde aparece este texto? Podrían dar la referencia por favor? Así podría buscar más sobre lo que herman Hesse comenta de esta y otras obras, me gusta muchísimo y por eso me atevo a perdirles la info.

  4. Leí el libro en mi época de universidad, gracias a la recomendación de una amiga de otro mundo, mi apreciada Sofia Basto. Me hcparecido un gran libro que me ha marcado constantemente y me ha servido para curar mi alma cuando debes afrontar enfermedades que atacan nuestro espíritu. El año anterior y ante la partida de mi hermano producto de esta horrible pandemia, y ante constantes ataques producto de mi ejercicio como servidor público, nuevamente me adentre en lo más profundo del abismo a cuestionar mi existencia, mi trasegar por la vida, sumido en un repudio por mi existencia, dolido con un mundo donde muchos humanos nos maltratan, intentan pisotear, traicionan, atacan y nos pretenden reducir a la mínima expresión, pero solo si así lo permitimos. Gracias a ese viaje consiente he logrado salir nuevamente a la luz, convencido que nuestro Creador nos ha diseñado para resistir, para ser Liz, para guiar y para liderar una legión de espíritus capaces de sobreponernos a cualquier adversidad por difícil que sea. Hoy a mis 42 años me encuentro dignamente y con la frente al cielo dispuesto a continuar viviendo está hermosa vida, hasta cuándo nuestro Padre haga el llamado para trascender de lo terrenal a lo inconmensurable del universo.

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