Son diversos los autores que le han profesado su admiración a Franz Kafka. Borges, por ejemplo, mencionó alguna vez: «Yo he escrito también algunos cuentos en los cuales traté ambiciosa e inultimente de ser Kafka“. Así mismo, Monterroso hizo lo propio en un microcuento en el que citó, a manera de parodia, lo siguiente: «Era una vez una Cucaracha llamada Gregorio Samsa que soñaba que era una Cucaracha llamada Franz Kafka que soñaba que era un escritor que escribía acerca de un empleado llamado Gregorio Samsa que soñaba que era una Cucaracha».
Sin embargo, fue Roberto Bolaño, quien desde nuestro modesto punto de vista retrató mejor su admiración a Kafka en una situación compleja (el fin del mundo). A propósito de ello, mencionó:
“Soñé que la Tierra se acababa. Y que el único ser humano que contemplaba el final era Franz Kafka. En el cielo los Titanes luchaban a muerte. Desde un asiento de hierro forjado del parque de Nueva York, Kafka veía arder el mundo»
Fabuloso por la información interesante que presenta
El fin del mundo, Bolaño lo vio y describió en San Teresa, Ciudad Juárez, en su enorme 2666. Saludos.