Autor: Yasunari Kawabata
Editorial: Emecé

Por:
Baúl de libros de colección



Shimamura es un acomodado empresario de Tokio que pasa ciertas temporadas lejos de la ciudad y su familia en estadías que entiende como etapas de búsqueda interior. Es un hombre vacío, incapaz de demostrar sus sentimientos y que se despoja a sí mismo de emociones intensas. Su fortuna y empresa fueron heredadas, por lo que tampoco tuvo nunca preocupaciones de primera necesidad ni que lidiar con los problemas que aquejan al común de la gente. Vendría a ser para muchos un afortunado que puede darse el lujo de gastar su tiempo en el ocio de la contemplación o en los placeres aburguesados.

Al empezar la novela, Shimamura viaja en tren en dirección al País de Nieve, la zona oeste de Japón, quizá el lugar donde cae más nieve del mundo. Vuelve siguiendo el recuerdo de una jovencita, de nombre Komako, que conoció anteriormente en su estancia en una estación termal. La casualidad quiso que la aprendiz de geisha prestara su inexperiencia a los servicios de Shimamura y que en estas circunstancias ambos quedaran impresionados. El País de Nieve, nos es presentado, pues, por la mirada distante de este capitalino que, pese a su decidida introducción a admirar la exhuberancia limpia y el exotismo que ofrece aquel paraje tan distinto a la ciudad, no deja de hacerlo con timidez, simple curiosidad y atento a no adentrarse demasiado, como un turista convencido.

El carácter voyerista de nuestro protagonista queda resaltado en las primeras páginas de la novela en las que observa a través de reflejo de la ventana del tren a otra joven de sorprendente belleza, la perturbadora Yoko, que posteriormente descubriremos como compañera de trabajo de Komako. El autor nos entrega así el trasfondo de su novela, nos revela su exaltación por la belleza de la vida y cultura rural japonesa que es una constante en su obra.

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