Autor: Truman Capote
Editorial: Anagrama, 2009
(RESEÑA) El talento y el látigo fueron, para Capote, una suerte de apología a todo su trabajo literario. En el prefacio –de carácter confesional–, nos cuenta la incansable tarea que es escribir. Una de las descripciones más sinceras que he leído hasta ahora.
Por:
Renzo Cahuana Delgado
“Empecé a escribir cuando tenía ocho años: de improviso, sin inspirarme en ejemplo alguno. No conocía a nadie que escribiese y a poca gente que leyese. Pero el caso era que solo me interesaban cuatro cosas: leer libros, ir al cine, bailar zapateado y hacer dibujos. Entonces, un día comencé a escribir, sin saber que me había encadenado de por vida a un noble pero implacable amo. Cuando Dios le entrega a uno un don, también le da un látigo; y el látigo es únicamente para autoflagelarse.”
El libro está “dividido” en tres secciones. La primera de ellas: “Musica para camaleones” está compuesta por seis relatos. Narrados con lirismo e inocencia camuflada dan la sensación de realmente estar escuchando los diálogos audaces de Sarah en Mojave, un cuento dentro de un cuento con otro personaje igual de fascinante: George. La voz pueril y a la vez madura del narrador en Hospitalidad. La anciana con una extraña costumbre en Una luz en una ventana. Tenemos también a la mística señora Ferguson con habilidades paranormales y su afición por las joyas en Deslumbramiento. Finalmente, el enigmático Mister Jones que nunca salía de su habitación debido a su lamentable estado y que, más adelante, desaparecía misteriosamente.
La segunda de ellas lleva el titulo de “Ataúdes tallados a mano”.
Una novela corta de no ficción, conocida también como «novela documental». Capote articula las piezas de esta historia y la cuenta como si fuera ficción; y, efectivamente, esto se trata de periodismo con los recursos propios de la literatura. Introduce así, tres formas expresivas para narrar los hechos: la descripción la narración y el diálogo. Construye una realidad delirante con hechos verídicos. A continuación les presento un pequeño adelanto de la historia (sin spoilers).
En “Ataúdes tallados a mano” acompañaremos a Jake Pepper, un alguacil experimentado que vive en un solitario hotel, durante el caso más siniestro de su carrera: Se han venido sucediendo una serie de asesinatos en el pueblo; cada uno de ellos recibe un “regalo especial” antes de la ejecución. Jake tiene en la mira a un sospechoso, pero no se trata solo de un pobre diablo. Se trata del señor Quinn, el hombre más poderoso y millonario del pueblo.
Y, finalmente, la tercera sección del libro lleva el título de Conversaciones y retratos.
El título explica, en cierta medida, el contenido de esta sección. Son conversaciones retratadas en papel a manera de historias.
Debido a su capacidad de contar experiencias reales que parecen tan intangibles como lo fantástico, admiro a Capote. Les dejo con tres pequeños resúmenes de los siete retratos que están en el libro.
Un día de trabajo
Capote decide acompañar a Mary Sanchez, una trabajadora del hogar, en un día de trabajo “normal”. Mary es un personaje muy divertido, además de único. Es creyente y aficionada a un vicio un tanto culposo. A medida que van por cada casa en las que Mary trabaja, Capote llega a conocer a los clientes de ella por medio de las caracteristicas y pertenencias de su casa, además lo que Mary le cuenta.
Hola, desconocido
Un hombre de mediana edad, exitoso en el apartado laboral y padre de familia. Ese es Claxton quien, mientras nadaba de espaldas en la playa, divisa un extraño objeto; una botella con un mensaje dentro.
Una hermosa criatura
La crítica dice que este es el retrato más destacable dentro del sinfín bibliográfico que inspiró la vida de Monroe. Javier Molina de El Pais lo explica mucho mejor “El retrato del mayor representante de la novela de no ficción no es un homenaje hagiográfico a su íntima amiga; también refleja su carácter caprichoso y frívolo, sus miedos y sus limitaciones intelectuales. Y por encima de todo destaca la gracilidad femenina de un ser extremadamente vulnerable que desprende luz y belleza como pocos. Un ser, que por encima de todo, para bien y para mal, era adorable.”