Por: Gianfranco Hereña
«Gabo» convirtió lo cotidiano en la más increíble de las fantasías. Por ello, los constantes rumores sobre el resquebrajamiento de su salud nos pusieron en vilo durante el año pasado. Sin embargo (y felizmente), en este vídeo se ve al autor festejando su cumpleaños con total normalidad. Pero apuntemos a su obra. Múltiples y diversos han sido los aportes de García Márquez a las letras latinoamericanas más allá de sus novelas, cuentos y ensayos.
También fue periodista y al respecto Jaime
Abello Banfi, director de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), declaró que
«El periodismo ha sido un elemento fundamental de su formación, de su estructura espiritual, por decirlo así, por eso es que él incesantemente lo agradece, lo reconoce, lo promueve, lo pone como referencia, es porque él mismo sabe cuánto le debe al periodismo”, agregó.
No son pocos los que consideran a «Gabo» como un ejemplo de periodismo. El pasado 10 de octubre, destacados escritores y periodistas le rindieron un afectuoso tributo por sus “extraordinarios” aportes. Según lo informó el diario
El Espectador, todos coincidieron en que ”Gabo” era un ejemplo excepcional del estilo dentro del género de la
crónica, la mejor manera de poder mostrar la condición humana directa, simple y exacta.
Según el diario
El País, García Márquez destacó desde sus inicios en el periodismo. Para muestra un botón:
“Los habitantes de la ciudad nos habíamos acostumbrado a la garganta metálica que anunciaba el toque de queda”. Con esas palabras arranca el primer escrito periodístico de Gabriel García Márquez, publicado en El Universal de Cartagena el 21 de mayo de 1948.
Y con ese mismo texto se inaugura
Gabo periodista, una antología de crónicas del reportero que presumió un día de ejercer el oficio más bello del mundo, seleccionada y comentada por otros escritores como
Héctor Abad Faciolince, Juan Villoro, Antonio Muñoz Molina o Alma Guillermoprieto.
En todo caso, podríamos decir que García Márquez supo siempre «sacarle la vuelta» al periodismo y logró convertirse en un gran escritor. Como muestra de esta pericia podríamos mencionar «Crónica de una muerte anunciada» o «La increíble y triste historia de la cándida Heréndira y su abuela desalmada».
Me atrevería a decir que en ambas yace una fija impronta periodística, ordenada, meticulosa en cada palabra. Pero lo fascinante es que nunca sentimos que la historia está presta a ser divulgada en algún periódico o revista. García Márquez nos vuelve cómplices de un mundo irreal y del que, felizmente, nos sentimos cómplices.
Un punto aparte merece «Cien años de soledad» , que es considerada hasta hoy una obra maestra en la literatura mundial.
Recientemente se publicó un estudio en China que anunciaba a esta novela como una de las más vendidas en dicho país. El «Fenómeno García Márquez» empezó a dar frutos recién a partir de diciembre de 2011. Y es que antes, no existía una versión en chino y hoy, casi dos años después, la traducción ha vendido más de un millón de ejemplares.
En ello ha contribuído, diría que muchísimo, la opinión acerca de él que tuvo Mo Yan, reciente Premio Nobel de Literatura, quien calificó a García Márquez como uno de sus maestros. «El Kafka chino» como lo conocen, anunció que conoció al Boom Latinoamericano cuando era joven y que vio en el autor colombiano «un nicho literario que le hubiese gustado imitar». Esta frase, qué duda cabe, ha servido también como un gancho publicitario.
Este fenómeno, dicen, no se ha repetido con otros escritores en el mercado oriental y ha confirmado el interés que existe hoy por la literatura hispanoamericana. (Fuente: Vanguardia)
Pero hablar de Cien años de soledad es perderse en la infinidad de sentimientos que evoca y es materia para otro post. Desde este humilde espacio solo le desamos un feliz cumpleaños 86 a Gabo.
¡Gracias por tanto, maestro! (perdón por tan poco)