Por Rafael Alberti

Dejé por ti mis bosques, mi perdida
arboleda, mis perros desvelados,
mis capitales años desterrados
hasta casi el invierno de la vida.

Dejé un temblor, dejé una sacudida,
un resplandor de fuegos no apagados,
dejé mi sombra en los desesperados
ojos sangrantes de la despedida.

Dejé palomas tristes junto a un río,
caballos sobre el sol de las arenas,
dejé de oler la mar, dejé de verte.

Dejé por ti todo lo que era mío.
Dame tú, Roma, a cambio de mis penas,
tanto como dejé para tenerte.

10 comentarios para “Lo que dejé por ti

  1. Pedirle a Roma una vuelta de mano es demasiado pedir.Tiene demasiado para dar.La historia balconea desde las ruinas y abarca para atrás hasta perderse en el vientre de lo primigenio.Ay! para Rafael que fuera un Cesar andaluz,mirando su Cádiz eterna.

  2. Así es como dice Marta, lo que das ya lo entregaste…
    No Hay vuelta atrás.
    Dar sin expectativas… ,pero que difícil tarea por aprehender en la vida.
    Ese es el verdadero amor.

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