Cuando escuchamos la palabra «tesis» o «investigación», inmediatamente se forma dentro de nosotros un gran signo de interrogación y la premisa de estarse enfrentando a algo inabarcable, complicado y duro de enfrentar como estudiantes. Sin embargo, Gina Vega se sometió a #Las5Cortas de El buen librero y estuvo dispuesta a absolver las dudas que se le plantearan.
Por:
Gianfranco Hereña
¿Es común que los estudiantes, ya sea en educación superior o en posgrado, utilicen casos de estudio como herramienta de aprendizaje en vez de método de investigación?
Estudiantes en programas de negocios casi siempre utilicen casos de estudio para aprender. Es muy común en los programas y de pregrado y de posgrado, incluso del doctorado, estudiar exclusivamente con casos porque los casos les permiten a los estudiantes «participar» en experiencias que no podrían experimentar en vivo. De esa manera, tienen la oportunidad de ponerse en los zapatos de los protagonistas del caso, hacer recomendaciones para cursos de acción y comparar/contrastar sus recomendaciones con las de los mismos protagonistas. Es una manera de evaluar las ideas del estudiante con las ya probadas sin riesgo y aplicar las teorías que han aprendido a problemas reales.
¿Cuál es el error más común a la hora de redactar un caso de estudio instruccional?
Un desafío para los autores de casos de estudio instruccionales es de empezar a escribir sin obtener un consentimiento de investigar antes de ponerse en marcha sus entrevistas y búsquedas de información privada. Es muy importante proteger la confidencialidad de los protagonistas y sus organizaciones. Por eso, un autor sería prudente o de conducir sus investigaciones de fuentes enteramente públicas (para las cuales no necesitan un permiso) o de pedir consentimiento la organización antes de empezar.
Desde tu experiencia, ¿El uso de casos de estudio como herramienta de aprendizaje—no como método de investigación—es algo que se puede formar desde pregrado?
Se pueden usar casos de estudio como herramienta de aprendizaje en todos niveles de la educación, lo tanto en la escuela secundaria como pregrado, los postgrados, y en programas de educación ejecutiva. De cualquier manera, los casos de estudio deben usar hechos reales recabados por la investigación del autor. No deben usar “hechos” ficticios. ¿Por qué? Porque la vida es desordenada y los casos también tienen que presentarse tan desordenado como la vida. Los casos leen como ficción, pero son verdaderos. Y es por eso es que les gustan a los estudiantes.
¿Qué se necesita para redactar un caso de estudio instruccional?
Necesita ante todo saber lo que quieres que los estudiantes aprendan; esto se llama el objetivo de aprendizaje. Sin eso, no vale la pena escribir un caso instruccional porque los casos se redactan con un resultado de aprender algo en mente. El análisis del caso debe dejar al estudiante con algo de valor–una oportunidad de pensar críticamente y buscar resoluciones lógicas y organizadas. Más allá de eso, es bueno tener un interés profundo en el problema del cual está escribiendo.
«Cómo redactar casos de estudio instruccionales» libro que presentas este sábado en la FIL, se presenta como una invitación a docentes universitarios a publicar casos de estudio que ayudan a sus estudiantes a aprender. ¿Qué ha sido lo más complicado a la hora de pensar en escribir un libro de esta magnitud?
Este libro fue producto de veinte años de utilizar, redactar, editar, presentar y enseñar pregrado y postgrado, además de enseñarles a mis colegas cómo redactar casos. Por eso, no fue difícil para mí escribir el libro. Lo único que tuve que hacer fue ¡organizar dos décadas de artículos, notas, cuadernos, copias de mis presentaciones y varias otras cosas! Los otros libros en inglés sobre la redacción de casos fueron muy teóricos y me parecía a mí que había la necesidad de un taller autoguiado para ayudar a los profesores que no podían asistir a un taller presencial pero que todavía querían redactar, investigar, y enseñarles a sus propios estudiantes hacer lo mismo.