Imagine usted que es un autor que pasados los sesenta años ha cosechado una serie de premios. Sin embargo, es propenso a sentir ansiedad y pesadillas todas las noches, lo cual le lleva a desertar cualquier reunión nocturna que se prolongue más de lo debido. Pero un día, se le presenta la chance de asistir al quinquenio de la exhibición de arte contemporáneo en Kessel, Alemania ¿Qué motivos tendría de ir? Esto le ha ocurrido a Enrique Vila Matas y un libro que le llevó a escribir «Kessel no invita a la lógica», su más reciente ficción.
El teléfono suena y Enrique, el personaje principal, recibe una mensaje encriptado de un curador de la ciudad de Documenta, el cual le hace la promesa de revelarle los misterios del universo solo si lo convence de salir a cenar. Enrique acepta la propuesta, que tiene lugar en un restaurante chino. En esa reunión lo invita oficialmente a Documenta 13, una Feria de arte contemporáneo de la ciudad alemana de Kassel. El narrador, sin estar muy convencido, acude a Kassel con la incertidumbre de su cometido -una especie de performance en un restaurante chino (escribirá en una mesa e interaccionará con el público), a las afueras de la ciudad, además de una «conferencia sin nadie», que él mismo propone, como colofón. Lo que Vila Matas propone es en realidad una novela de ideas. Narra en primera persona y crea un alter ego como Enrique, que tiene la capacidad de analizarlo todo como quien maneja el auto y no pierde de vista el retrovisor. Es, además, una apasionante defensa de la la literatura que coge las experiencias personales como un elemento de ficción y, denuncia, además, la frivolización del arte como un elemento de consumo masivo.
En Kassel, el escritor comprueba sorprendido que su estado de ánimo no decae al atardecer y que, en cambio, el optimismo lo invade mientras pasea impulsado por una energía inagotable que late en el corazón de la feria. Es la respuesta espontánea e imaginativa del arte que se levanta contra el pesimismo.Con humor, hondura y lucidez, Enrique Vila-Matas cuenta la historia de una gran expedición: la del paseante solitario que, rodeado de rarezas y maravillas, se atreve a traducir un idioma que no conoce, participa en bailes invisibles, pernocta en su particular tierra prometida y, fi nalmente, encuentra un hogar en el camino. Desde su terraza de Kassel, este paseante nos invita a ver el mundo desde otro ángulo y desvela la esencia misma de la literatura: la razón, la verdadera razón, para escribir.
Nota completa en: http://www.nytimes.com/2015/08/13/books/review-enrique-vila-matas-plots-his-own-awakening-in-the-illogic-of-kassel.html?ref=books&_r=0