Por:
Gianfranco Hereña
Leerla me tomó dos meses completos y es que la buena literatura debe gozarse . Con ello, no he hecho sino constatar la calidad narrativa de Juan Carlos Onetti, un verdadero genio de la literatura latinoamericana y en cuyas obras muchos miembros del Boom hallado obras canónicas.
El título llama la atención. «Juntacadáveres» no narra la historia de un muerto o un desaparecido, más si nosotros, como lectores, podemos desfallecer en el intento de leerla como cualquier novela. No es una narración fluida, está llena de trampas y de largos monólogos en los que un lector despistado puede fácilmente desabarrancarse.
El ritmo de la narración es lento, las acciones son contadas en pasado simple o presente, de acuerdo al narrador. El narrador en tercera persona siempre narra la historia ya pasada, la que no puede ser cambiada, y el narrador en primera persona cuenta la historia que esta viviendo, lo que esta pensando y qué esta comprendiendo. (Onetti)
Junta, un hombre que bordea los cuarenta o cuarenta y cinco años, decide montar un negocio en Santa María, pueblo aparentemente ubicado dentro del Uruguay (lo intuimos no nos consta). Dicha «mina de oro» es un prostíbulo y el hombre parece decidido a todo con tal de lograrlo, incluso, si el camino implica corromper funcionarios si es la situación amerita.
Si hay algo que Onetti se encargó de criticar a lo largo de sus novelas fue a la corrupción como eje principal del poder. Un ente maligno que extiende tentáculos en todos los rubros y que no hace sino envilecer a las instituciones públicas. En «Juntacadáveres», Barthé, personaje con aparente autoridad política en el pueblo, se compromete a ayudarle a cambio de ser su socio capitalista. Es decir, encarna la imagen del oportunismo y de los «favores» políticos hechos por debajo de la mesa.
Valiéndose de su cargo, aprobará una ley que beneficie directamente a Junta y a su negocio. Esto será lo que a la larga desatará un escándalo de gruesas proporciones y en el que Onetti, con pulso magistral, logra retratar a una sociedad dominada por la doble moral y principios débiles ante el dinero. Por un lado, está los grupos que se lamentan de lo bajo que (Acción Cooperativa) ha caído el pueblo al tener un prostíbulo y por otro, se muestra el interior de los personajes que manejan estos grupos aparentemente «beligerantes», vendidos al final por fuertes sumas de dinero( Entre ellos el padre Bergner, un sacerdote aparentemente hipócrita que insta a los grupos a levantarse contra el pecado).
La extraordinaria maestría técnica alcanzada por Juan Carlos Onetti, la contención de su prosa, y la nitidez con que se describen las etapas de la trayectoria del personaje en la localidad, y la implantación de su negocio, otorgan a Juntacadáveres -muestra de la profunda madurez de Onetti la categoría de una parábola existencial que es al propio tiempo una obra maestra de la narrativa. (Máquina del tiempo)
Terminé de leer la novela crispado, con una crisis existencial que me llevó a cuestionar si es que acaso el fin justifica los medios y si yo, al igual que Junta, sería capaz de todo con tal de lograr mi cometido.
Algo me queda claro, la prostitución es un negocio rentable aún hoy en día y si acaso no existe una «Liga de la moral y la decencia» (frente opositor a Junta en la novela), todavía podemos ver a hombres y mujeres inclinándose por el camino fácil y a otros tantos que condenan con el cuchillo entre ropas.