—¿Cuál fue tu propósito, cuando te sentaste a escribir Cien años de soledad?
—Darle una salida literaria, integral, a todas las experiencias que de algún modo me hubieran afectado durante la infancia.
—Muchos críticos ven en el libro una parábola o alegoría de la historia de la humanidad.
—No, quise sólo dejar una constancia poética del mundo de mi infancia, que como sabes transcurrió en una casa grande, muy triste, con una hermana que comía tierra y una abuela que adivinaba el porvenir, y numerosos parientes de nombres iguales que nunca hicieron mucha distinción entre la felicidad y la demencia.
—Los críticos le encuentran siempre intenciones más complejas.
—Si existen, deben ser inconscientes. Pero puede ocurrir también que los críticos, al contrario de los novelistas, no encuentran en los libros lo que pueden sino lo que quieren.
—Siempre hablas con mucha ironía de los críticos. ¿Por qué te disgustan tanto?
—Porque en general, con una investidura de pontífices, y sin darse cuenta de que una novela como Cien años de soledad carece por completo de seriedad y está llena de señas a los amigos más íntimos, señas que sólo ellos pueden descubrir, asumen la responsabilidad de descifrar todas las adivinanzas del libro corriendo el riesgo de decir grandes tonterías. Recuerdo, por ejemplo, que algún crítico creyó descubrir claves importantes de la novela al encontrarse con que un personaje, Gabriel, se lleva a París las obras completas de Rabelais. A partir de este hallazgo todas las desmesuras y todos los excesos pantagruélicos de los personajes se explicarían, según él, por esta influencia literaria. En realidad, aquella alusión a Rabelais fue puesta por mí como una cáscara de banano que muchos críticos pisaron.
Tomado de: El olor de la guayaba. Ed. Random House, 2016
Lo he leído hace poco, entre noviembre y diciembre de 2020. Yo encontré un universo mágico y terrenal a la vez. La historia de los habitantes de Macondo es extraordinaria por muchas cosas, la mayoría las puso el autor y dejó espacio para nosotros. Cien años de soledad se adapta a cada lector como lo hace la niebla sobre cualquier paisaje, urbano o rural, y en función de la experiencia que en ellos habite. Es, sin duda, una de las mejores obras que he leído en mi vida.
Yo leí el año pasado la novela y vibre mágicamente!! Es la vida de cada una de nuestras familias, sus miedos, sus creencias,sus percepciones, sus ilusiones, y todo visto desde todos los ángulos. Es un transgeneracional, una constelación familiar. Me encantó!! Al final lo que cuenta es lo que decidas elegír creer. Maravillosa novela!