Título: Ezequiel: el profeta que incendió la pradera
Autor: Feliciano Padilla
Editorial: Fondo Editorial Cultura Peruana, 2014
Feliciano Padilla (1944), laureado escritor puneño, autor, entre otros varios títulos, de Amarillito amarilleando y otros cuentos (2002) y ¡Aquí están los Montesinos! (2006), ahora nos presenta Ezequiel: el profeta que incendió la pradera, novela con la que se propone revalorar la figura de un casi mítico dirigente indígena puneño, quien luchó por sus hermanos campesinos y obreros en los años 20: Ezequiel Urviola.
Por:
Jorge Ramos Cabezas
Conformado por doce capítulos, un epílogo (que se presenta a modo de testimonio del autor
sobre su interés por Ezequiel Urviola) y un colofón (estudio académico del profesor
sanmarquino Mauro Mamani sobre la obra de Padilla), esta novela viene a configurarse
como una interesante propuesta narrativa, tanto por el tipo de discurso como por el tema
abordado. Así, genéricamente, si bien la obra califica como novela, también puede
catalogarse como una cronivela (crónica + novela) —categoría aplicada a algunos relatos
que dan cuenta de hechos registrados en la historia real y que ahora son llevados a la
ficción—, un género estudiado por Mauro Mamani, no en el paratexto de esta novela sino
en otros trabajos académicos, quien propone el término para el caso de la obra narrativa de
Manuel Scorza, por ejemplo. En efecto, en la novela de Padilla, se narran sucesos acaecidos
en la historia real peruana de los años 20 —con un protagonista que existió en realidad, el
dirigente indígena puneño Ezequiel Urviola, y alrededor del cual vemos desfilar personajes
históricos nuestros, como Augusto B. Leguía, Dora Mayer, Gamaliel Churata, Pedro Zulen,
José Carlos Mariátegui—; pero de una forma no documentalista ni informativa, sino más
bien ficcional, o, mejor aún, en la que se entremezcla tanto la ficción como la crónica y la
historia. Destaca la prosa del maestro Padilla, la sintaxis adecuada al habla español del
hombre andino, el juego de planos, la descripción del ambiente de la época (tanto de Lima
como de Puno) y el retrato penetrante que ha logrado de un luchador social puneño, que
desde ya es de agradecer.
La novela narra la vida, pasión y tormento de Ezequiel Urviola (1895-1925), aquel mestizo
puneño que un día devino un indio más, desde la cabeza hasta los pies, por decisión íntima,
antes de entregarse por completo a la lucha social en pro de los campesinos y obreros del
Perú, y por los que padeció hasta luego de muerto, literalmente; un líder original y
comunero proveniente del distrito de Muñani (Azángaro, Puno), quien derivó del
pensamiento anarquista al socialista y de quien Mariátegui diría una tarde: “El indio
Ezequiel Urviola representa la chispa de un incendio por venir”; un revolucionario quien
luchó contra el despojo de las tierras de sus paisanos puneños por los hacendados y quien
nunca se amilanó ante la enfermedad, la pobreza, las torturas y la soledad; un joven
dirigente amante de la poesía de Baudelaire y de la gestión cultural al sur del país, pero más
de la justicia social y la esperanza de un mejor mañana para los hijos y nietos de sus
hermanos desposeídos. En fin, esta novela trata sobre un hombre bueno, quien peleó y
murió por la defensa de los derechos de aquellos que aún hoy siguen reclamando justicia, a
lo largo y ancho del Perú y la región hispanoamericana, y para los que todavía arde esa
“chispa” dialéctica en sus espíritus.
Una novela escrita en Puno y, aunque editada en Lima, difundida casi exclusivamente en la
región surandina del país, algo que lamentamos, pues este libro es de aquellos que bien
debieran ser leídos en el Perú más allá de cualquier frontera provinciana. Lectura
recomendable.
Aquí más reseñas del libro:
http://www.losandes.com.pe/Cultural/20140615/80790.html
http://www.diarionoticias.pe/desarrollo/cultura-y-
espectaculos/140536885387/FELICIANO-PADILLA-REDESCUBRE-A-EZEQUIEL-