Para considerar (Vía Pijamasurf):
Hay quienes afirman que lo que más escasea en la industria del cine son buenos guiones. De acuerdo con esta versión, una buena generación de guionistas puede traducirse en un parteaguas para el desarrollo de este arte en un país, como si el guión fuese una especie de hebra primigenia capaz de detonar esa compleja maquinaria creativa que terminará por florecer bajo la figura de una fina película.
A lo largo de la historia literaria del siglo XX, más de un escritor reconocido terminó probando suerte escribiendo algún guión cinematográfico, probablemente tras la insistencia de una siempre ávida industria creativa. Y tras revisar los nombres, resulta curioso comprobar como un buen escritor no es necesariamente un buen guionista, y viceversa –aunque tampoco es que todas hayan sido malas experiencias.
En 1937 se mudó a Hollywood para probar suerte. La aventura terminaría por ser poco exitosa, pues finalmente solo firmaría un guión (el cual además tuvo que ser severamente editado), el deThree Comrades (1938), y varios de sus intentos terminaron por no ver la luz jamás.
William Faulkner
Tras ser aclamado como novelista, en 1932 comenzó su carrera como guionista. Tras revisar los frutos de sus 22 años de carrera en este mercado, sin duda el guión escrito junto con Leigh Brackett y Jules Furthman, de la adaptación cinematográfica de The Big Sleep, fue el más exitoso.
Para muchos entre los más grandes novelistas estadounidenses del siglo XX, el caso de Steinbeck es curioso pues escribiría un guión para la película Lifeboat, de Hitchcock, que incluso sería nominado a un Oscar, finalmente el escritor exigiría que su nombre fuera retirado de la autoría, tras considerar que Hitchcock había imprimido un dejo racista en el tratamiento de la historia.
Truman Capote
En 1953, Capote se unió al director John Huston para escribir una adaptación de la novela Beat the Devil, de Claud Cockborn. El objetivo era parodiar el Halcón Maltés, legendaria cinta que el propio Huston había dirigido una década antes. El resultado tuvo una muy mala recepción por parte de la crítica –aunque años después sería redimida luego de que Roger Ebert la incluyera en su lista de las mejores películas de la historia.
Ray Bradbury
El mismo año en que colaboró con capote, el inquieto John Huston solicitó a Ray Bradbury una adaptación del clásico escrito por Herman Melville, Moby Dick. El proceso de producción incluyó múltiples roces entre director y guionista, ya que Bradbury se sintió sistemáticamente maltratado por Huston. El filme terminaría por pasar de noche entre críticos y audiencia, y el novelista de ciencia ficción escribiría posteriormente una novela y un cuento corto, denunciando su mala experiencia.