Título: El rey siempre está por encima del pueblo
Autor: Daniel Alarcón
Editorial: Seix Barral, 2009
El rey siempre está por encima del pueblo recopila historias cuyos personajes se caracterizan por perder. Pese a ello, la derrota en la que viven actúa como catalizador para rebelarse contra el poder y en torno, se generan relatos que tienen una insignia ya característica de Alarcón; ser un maestro en la creación de atmósferas cargadas y conducentes y cada cuento suyo, gracias a este detalle nada desdeñable, está provisto de una calidad que fluctúa o entre la regularidad o la absoluta brillantez.
Por:
Alex Rivera de los Ríos
El rey siempre está por encima del pueblo no es el mejor trabajo de Daniel Alarcón (al menos no en comparación con sus dos primeros y logrados libros: Guerra a la luz de las velas y Radio ciudad perdida), pero contiene entre sus páginas algunos cuentos que muchos escritores ya quisieran tener en sus bibliografías.
Se trata de un conjunto de cuentos donde la voz y el lenguaje cobran mayor importancia que la trama misma. La razón puede deberse al magisterio de Carver, Cheever o Ford, todos escritores norteamericanos cuya prosa minimalista y directa ha influido bastante a Alarcón desde sus primeros escritos. Por otro lado, los personajes aquí parecen absorbidos por la realidad en la que subsisten, a veces su entorno se confunde con la pesadilla, con lo absurdo de sus vidas.
“Lo rodeaban, podía verlos ahora, ese ejército ambulante de suplicantes, esperando un golpe de suerte, un acto generoso que les salve el día, la semana o el mes”.
Estas líneas, donde puede observarse un narrador omnisciente, pertenecen al cuento titulado “República y Grau”. El autor está preocupado por el destino personal y social de sus personajes y lo demuestra en los temas que trata recurrentemente: el destino, la violencia de los años ochenta, la pobreza, la corrupción política, la mediocridad, los sueños rotos, etc.
En El rey siempre está por encima del pueblo la condición humana se desgaja en distintos planos y niveles, y esta siempre es vista desde un exterior a través de los cuentos, que funcionan como retratos lamentables, a veces sórdidos, esperanzadores y en otras ocasiones patéticos. Esto se puede apreciar sobre todo en cuentos como “El puente”, “República y Grau”, “El rey siempre está por encima del pueblo” y “Los sueños inútiles”, que yo recomiendo porque, a mi juicio, no solo son los mejores del libro, sino que condensan mejor lo que el escritor quiere expresar. En todo caso Alarcón es maestro en la creación de atmósferas cargadas y conducentes y cada cuento suyo, gracias a este detalle nada desdeñable, está provisto de una calidad que fluctúa o entre la regularidad o la absoluta brillantez.
Antes que El rey siempre está por encima del pueblo, recomiendo leer los primeros libros de Daniel Alarcón para comprender la dimensión y sustento de su prosa lograda y a la vez puntillosa. No por nada este joven escritor peruano-norteamericano ha sido considerado uno de los mejores del mundo.