Título: «El pez en el agua»
Autor: Mario Vargas Llosa
Editorial: Punto de lectura, 2010
«Aunque debo confesar que la sorpresa más grata que me brindó este libro fue el goce que me despertaron los capítulos dedicados a relatar las principales vivencias de su niñez, adolescencia, juventud e inicios como escritor. El pez en el agua es, para mí, un enfrentamiento entre lo mejor de Vargas Llosa, su pasión por la literatura y su talento para este oficio, en el que se mueve como pez en el agua, y uno de sus rasgos menos afortunados: esa vehemencia política que a veces pareciera nublar la lucidez que exhibe en sus novelas».


Por César Nieri

Durante la campaña presidencial de 2011 estuve leyendo El pez en el agua, un libro en el que siempre quise sumergirme de lleno y que no defraudó ninguna de mis expectativas. Antes que nada, me interesaba comprender qué llevó a un escritor de la talla y prestigio de Vargas Llosa a incursionar en un ejercicio tan contaminado como la política. Fue grato comprender, como él mismo lo admite, que esa candidatura se explica :

“Por una razón moral. Porque las circunstancias me pusieron en una situación de liderazgo en un momento crítico de la vida de mi país. Porque me pareció que se presentaba la oportunidad de hacer, con el apoyo de una mayoría, las reformas liberales que, desde comienzos de los años setenta, yo defendía en artículos y polémicas como necesarias para salvar al Perú”. 

Aunque debo confesar que la sorpresa más grata que me brindó este libro fue el goce que me despertaron los capítulos dedicados a relatar las principales vivencias de su niñez, adolescencia, juventud e inicios como escritor. El pez en el agua es, para mí, un enfrentamiento entre lo mejor de Vargas Llosa, su pasión por la literatura y su talento para este oficio, en el que se mueve como pez en el agua, y uno de sus rasgos menos afortunados: esa vehemencia política que a veces pareciera nublar la lucidez que exhibe en sus novelas.

No podemos culpar a Mario Vargas Llosa, sin embargo, pues su preocupación por el quehacer político no es más que una extensión de su personalidad curiosa y ese infinito apetito de conocimiento que ha caracterizado su vida y lo empujó también a la lectura de las obras fundamentales de la literatura universal. No podemos culparlo tampoco por ese indoblegable afán por afrontar con coraje la lucha contra las dictaduras porque, a través de este libro, conocemos un poco más del autor y comprendemos que sus primeros años transcurrieron dentro de lo que podríamos denominar una democracia del cariño.

Lo fundamental de este testimonio, sin embargo, es la conclusión a la que nos permite llegar: El Perú es un país, como quedó demostrado en las elecciones que perdió Vargas Llosa y en las que vivimos actualmente, que mantiene una deuda con la mayoría de peruanos. No podemos rasgarnos las vestiduras y calificar al pueblo de ignorante por no elegir la opción “democrática” cuando el Perú no es más que una dictadura de la indiferencia, un país que aún no comprende, o así lo demuestra su clase política al menos, que el poder, la justicia y la riqueza no puede concentrarse exclusivamente en una región, sino que el tema de la descentralización es un punto vital y desatendido por años en la agenda de nuestros gobernantes.

El Perú no es un país, sino varios, conviviendo en la desconfianza y la ignorancia recíprocas, en el resentimiento y el prejuicio, en un torbellino de violencias. De violencias en plural: la del terror político y la del narcotráfico; la de la delincuencia común, que, con el empobrecimiento y el desplome de la limitada legalidad estaba barbarizando cada vez más la vida diaria, y, desde luego, la llamada violencia estructural: la discriminación, la falta de oportunidades, el desempleo y los salarios de hambre de vastos sectores de la población.

Sólo un país que garantice la igualdad de condiciones para todos sus ciudadanos puede eliminar la enfermedad que siempre hemos arrastrado, esa incapacidad de conformar una identidad nacional férrea que nos impulse hacia el desarrollo. Hasta entonces, el resentimiento, sembrado en la sangre de los desatendidos como un grito que espera su oportunidad para sonar con fuerza, persistirá. Hoy ese grito ha sido depositado en las ánforas y el pueblo ha hablado; a ver si no es tarde para prestarles atención.

Reseña publicada en «Un vicio absurdo» 
Número 7. Fondo Editorial de la Universidad de Lima

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Un comentario para “El pez en el agua

  1. «El pez en el agua» es una de las mejores autobiografías que he leído pero también de las más raras. A diferencia de «Vivir para contarla» o «Confieso que he vivido» omite muchas partes importantes y la mitad es de contenido abiertamente político. Sin embargo, es uno de los mejores libros de MVLL.

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