Título: Bioy
Autor: Diego Trelles Paz
Editorial: Destino, 2012
«Si la novela empieza con una escena de violación, entonces sabemos que estamos ante una novela escrita de manera certera, rápida y cuyas imágenes suenan a golpe de boxeador», dice Kaz Erdosain en su reseña sobre «Bioy».
Por:
Kaz Erdosain
Estamos ante una novela escrita de manera certera, rápida y sus imágenes suenan a golpe de boxeador. El primer golpe se da desde el inicio, cuando la novela nos muestra una escena de violación y a partir de ahí el lector debe ajustar las entrañas para lo que sigue.
Bioy es el nombre de uno de los personajes, más no es el principal. La novela es un mosaico de distintas voces, donde muchos personajes pueden ser tomados como principales, por eso uno no puede decir que el libro trata sobre el Macarra, sobre Marcos o sobre Elsa. La novela la arman todos. Es Bioy el encargado de llevar el hilo conductor que une todas las partes para armar una pieza.
En adelante nos encontramos con diversos personajes los cuales nos dan sus respectivas miradas ante la realidad. Entre ellos destaca el protagonismo de Humberto Rosendo Hernández, “El Macarra”, agente del Servicio de Inteligencia, infiltrado en la banda de Bioy. Humberto ha dejado a su familia por seguir la misión que, pasando por Bioy, llevará al servicio al verdadero objetivo de la misión: El narco Natalio Correa. La realidad de Humberto Rosendo es que El Macarra está enamorado de Cristal, pero él sigue con su con misión. Macarra no culpa a nadie:<>Pero él se equivoca en algo, la responsabilidad es plenamente suya porque no tiene sentido quejarse, ya que nada ajeno a nosotros ha decidido lo que sentimos, vivimos o somos, afirma Sartre.
Los otros dos personajes centrales son María de Jesús y Marcos. La primera, abuela y cristiana devota. El segundo, un joven que deseó, de pequeño, tener distintas identidades y que las plasmó luego, tanto en su vida como en un blog. Abuela uno, nieto el otro. María de Jesús oculta la identidad del padre de Marcos porque cree haberlo hecho por su bien, pero le confiesa a un policía que la oye que se equivocó. La abuela le dice también que su madre ha muerto. Marcos no le cree y descubre en un baúl la foto de Elsa, la ex camarada Ruth, quien yace internada en un hospital. Marcos decide ir a visitarla y, entre divagaciones, ella le contará su gran secreto.
Cada personaje es responsable de las decisiones que tomó directa o indirectamente. Muchos de ellos bien pudieron elegir el suicidio cuando pudieron, pero todos decidieron seguir en la tierra como fantasmas que merodeaban por su propio pasado. Todos son víctimas y victimarios de sí mismos. Incluso podría decirse que el lector en sí mismo resulta víctima de su propia falta de atención . Desatendiendo la segunda parte por tratarse de la más atípica y así, la comprensión se dificulta y entorpece. La narración se interrumpe y no se sabe nada de Marcos, pero atendiendo a lo dicho, se presupone un fin acorde a lo sembrado. Y nada explica mejor esto que el final de la novela.
El último capítulo empieza como el primero. No hay vuelta atrás porque <>
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