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Título: Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer
Autor: David Foster Wallace
Editorial: De Bolsillo, 2009 (1997)

Una visita guiada hacia los cruceros de lujo de la mano de David Foster Wallace. Un ensayo escrito con humor y que, sin embargo, no deja de lado las denuncias ni pasa por alto las críticas hacia todo un sistema de lujos ridículamente innecesarios que se ofrecen a bordo.


Por:

Gianfranco Hereña

David Foster Wallace nos invita a recorrer el mundo de los cruceros 7NC. Esta no es una novela ni un cuento, se trata más bien de un ensayo en el cual critica con un lenguaje punzante y sarcástico los modelos de vida llenos de lujos inútiles.

Foster Wallace nos habla primero sobre sus fobias al mar y de las pesadillas que han girado en torno a él durante los últimos años y que impidieron, en primera instancia, que se atreva a subirse a uno de estos «hoteles flotantes». Ya adentro, describe con minucioso interés todos los detalles de los folletos que usan las empresas para atraer pasajeros. En ese sentido, establece que la media proporcional de ellos son mayores de 50 años, con gustos similares y que han decidido vivir permanentemente en retiro.

La mayoría de cuerpos que se exponían durante el día en la cubierta del Nadir estaban en diversas fases de desintegración.

Es en este punto donde se suelta a describir personajes. Así, encontraremos a una niña que a sus once años ya es una perita en materia de cruceros y que tiene por costumbre decir durante cada viaje  que es su cumpleaños. Hallaremos inodoros casi inteligentes que son capaces de tragarse viva a una persona al tirar de la cadena y a empleados que, a bordo, son tratados casi como esclavos que pese a todo deben sonreír y mostrarse siempre atentos a las necesidades del cliente.

Foster Wallace, no tan acostumbrado a este tipo de atenciones (que hacen sentir al cliente que está de vacaciones incluso desde que pisa el aeropuerto) decide cargar su propio equipaje.

Y de ese modo surge una discusión muy extraña entre el maletero libanés y yo, porque resulta que estoy poniendo al tipo, que apenas habla inglés, en una especie de dilema terrible en materia de diligencia, una paradoja del cuidado al pasajero: a saber, la paradoja de «El pasajero siempre tiene la razón, versus, nunca dejes que un pasajero se lleve su maleta» (…)Solamente más tarde supe que aquel pobre maletero libanés de la cubierta 10 había sido decapitado por el (también libanés) Jefe de Maleteros de la cubierta 10, que a su vez había sido decapitado por el Jefe de Camareros austríaco, que había recibido informes contrastados de que un pasajero de la cubierta 10 se había llevado su equipaje por el vestíbulo de la cubierta 10 de babor y ahora pedía que rodaran cabezas libanesas por aquella indicación tan clara de negligencia maleteril y había informado (el Jefe de Camararos Austríaco) del incidente (como dicta el procedimiento estándar) a un oficial del Departamento de Atención al Pasajero, un oficial griego con gafas de sol Revo.

Este lenguaje satírico se mantiene a través de las poco más de 150 hojas que tiene el texto, lo cual hace que la narración sea bastante fluida. Es un libro que juega muy bien con la velocidad y que atrapa por lo personal que puede resultar el punto de vista de quien lo escribe.

Creo que si se quiere empezar a leer a Foster Wallace, he aquí un muy buen primer paso.

 Otras opiniones

«En este libro, que originalmente constituía un artículo, el autor nos relata su experiencia personal en un crucero de lujo por el Caribe. Así que no estoy muy segura de en qué género encuadrarlo. Ni que decir tiene que no se trata de la típica experiencia de relax sino que David Foster Wallace retrata la misma con una visión de lo más irónica, y a pesar del tono aparentemente ligero, también muy profunda. Supone una tremenda crítica a nuestra sociedad y a los males de los que adolece. Ahora bien, el libro es súper divertido».  (El laberinto literario)

«Dicen que este libro de Foster Wallace está a medio camino entre el ensayo y la crónica periodística. Creo que tratar de meter los escritos del norteamericano en un saco es verse desbordado por su genialidad y multiplicidad de registros». (Solo de libros)

 

 

 

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