Incendio a trazo limpio
y el fuego lo desfigura
desde una viñeta perdida y rota
en su futuro
es de verdad aquel incendio
pero su realidad
no es sincera
sólo sabemos que las cenizas
fueron párpados de algo puro
alguna vez
cerca al sol
mojándose en las ventanas
de esa niña que peinaba su miedo
mientras cosía aves a sus cuadernos
charcos a sus rodillas
y abría estrellas en su sombra
el fuego cabalga
balcones y azoteas
pero parece un secreto sin voz
cuando recorre las venas
de una última nube y toda la ciudad
exclama ahhhhhhhh
mira a ese pequeño
pone a dormir los incendios
con las yemas de sus dedos
y el único sobreviviente
se esconde en su risa.
Colisión
deberíamos agradecer
que las plumillas del parabrisas
no confundan la lluvia
con las estrellas
y que el cielo
más allá de la precaria tempestad
se quede con nosotros
de nuestro lado
allá a su otro lado
conducía un auto que
por momentos
también era una leyenda
o sangre en movimiento
y un par de veces
llegué hasta tu casa
un torbellino en el corazón
con hambre de una cuadra oscura
de tu pelo negro
y no lo sabías
quizá ni lo sospechabas
pero confiscado en la guantera
un beso envuelto en años y daños
ahora que he vendido mi auto
y ya no sé qué calles inventa
con esos neumáticos que hacían rechinar
mi sueños de cornisas y abismos
ese beso no podrá volver por ti
como un ángel vengador
con los ojos inundados de arena
o quizá yo soy aquí el ingenuo
y te ha visitado más de una vez
para redoblar el color tardío de tus labios
dime, por favor
si todo lo que he dejado de ser
suele visitarte
dime si tratas bien
a esas ruinas que saben
de otros sabores de otras intenciones
dime si les das permiso
de dormir en tu cama
y escribir lo que sea que te haga feliz
en tus mejillas
quizá la casetera de la radio
rumia nuestras conversaciones
y el destello de tus ojos
ciega al nuevo conductor
cuando mira por el espejo retrovisor
y cree reconocernos
haciendo autoestop
a mitad de un titubeo
deberíamos agradecer
los cinturones de seguridad
así podemos chocar
muy fuerte contra el reflejo de la cruz
sobre el mar
y dejar que continúe
persiguiendo a nuestros cuerpos sin vida
porque ya estaremos más allá
de todo lo que nos contiene.
Biografía
César Ricardo Nieri es licenciado en Comunicación por la Universidad de Lima, donde actualmente se desempeña como docente. Ha escrito para el suplemento cultural El Dominical, del diario El Comercio, y forma parte del comité editorial de Un vicio absurdo, revista de literatura de la Universidad de Lima.
Ha obtenido durante dos años consecutivos (2007 y 2008) el Primer Premio en la categoría de poesía de los Juegos Florales de la Universidad de Lima, mientras que en la categoría de narrativa ha ocupado el segundo lugar en dos ocasiones (2007 y 2010). En el 2009 fue uno de los 10 finalistas del Segundo Concurso Internacional anual de Poesía “Javier Heraud” 2009. En el 2011 obtuvo una mención honrosa en el Premio Nacional Juvenil de Poesía «Javier Heraud», organizado por la Secretaría Nacional de la Juventud (Senaju).
Publicó el poemario Extraño Abril (2012), con el sello Elepé de Borrador Editores y la Editorial Colmillo Blanco. Un adelanto de Extraño Abril ya apareció, al final del 2011, en la revista de arte Lienzo. Formó parte, en el 2012, de la antología poética Me Usa, Brevísima Antología Arbitraria Perú-Uruguay, publicada por Paracaídas. Actualmente también se desempeña como director del Taller de Narrativa de la Universidad de Lima.