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Título: Noticia de un secuestro
Autor: Gabriel García Márquez
Editorial: Norma, 2012 (portada no original)

García Márquez nos devuelve entonces al imperio del terror en Colombia a principios de los años noventa, época en la cual el narcotráfico fue capaz, incluso, de arrodillar al gobierno de turno. Noticia de un secuestro es un libro no ficticio (aquí la realidad superó ala ficción) que detalla el secuestro, encarcelamiento y la eventual liberación de personajes importantes de Colombia entre los que se encuentran Marina Montoya y Diana Turbay.

 

Por:

Gianfranco Hereña

Musical y festiva. Así es la prosa de Gabriel García Márquez, un autor cuyo talento se puede ver no solo en el género real-maravilloso, sino que es capaz de atravesar las fronteras de la escritura para convertir a sucesos tan trágicos en verdaderas obras maestras. Ya lo había gozado en «Crónica de una muerte anunciada» , donde ya había una linealidad parecida a este relato: de saque, una acción que nos desacomoda del asiento y nos lleva a pensar que estamos por leer algo «distinto».

Antes de entrar en el automóvil miró por encima del hombro para estar segura de que nadie la acechaba. Eran las siete y cinco de la noche en Bogotá. Había oscurecido una hora antes, el Parque Nacional estaba mal iluminado y los árboles sin hojas tenían un perfil fantasmal contra el cielo turbio y triste, pero no había a la vista nada que temer (…)

García Márquez nos devuelve entonces al imperio del terror en Colombia a principios de los años noventa, época en la cual el narcotráfico fue capaz, incluso, de arrodillar al gobierno de turno. Noticia de un secuestro es un libro no ficticio (aquí la realidad superó ala ficción) que detalla el secuestro, encarcelamiento y la eventual liberación de personajes importantes de Colombia entre los que se encuentran Marina Montoya y Diana Turbay.

El libro comienza con el rapto de Maruja Pachón y Beatriz Villamizar por parte de Pablo Escobar y su grupo narcoterrorista. Colombia es tierra de nadie y Escobar toma esta medida radical a fin de someter al Gobierno para que estos eliminen la extradición de narcotraficantes a los Estados Unidos. Temen que en ese país no existan leyes que los aparen y que sus enemigos (otros cárteles) cometan represalias en contra de sus familiares aprovechando su ausencia.


La noche se hizo densa. En la oscuridad, Pacho tomó conciencia de que aquélla era apenas la primera noche de un porvenir incierto en el que todo podía suceder. Pensó en María Victoria -conocida por sus amigos como Mariavé -, su esposa bonita, inteligente y de gran carácter, con quien entonces tenía dos hijos, Benjamín de veinte meses y Gabriel de siete meses.

Un gallo cantó en el vecindario, y Pacho se sorprendió de su reloj disparatado. «Un gallo que canta a las diez de la noche tiene que estar loco», pensó. Es un hombre emocional, impulsivo y de lágrima fácil: copia fiel de su padre. Andrés Escabi, el marido de su hermana Juanita, había muerto en un avión que estalló en el aire por una bomba de los Extraditables. En medio de la conmoción familiar, Pacho dijo una frase que estremeció a todos: «Uno de nosotros no estará vivo en diciembre». La noche del secuestro, sin embargo, no sintió que fuera la última. Por primera vez sus nervios eran un remanso, y se sentía seguro de sobrevivir. 


El líder del «Cartel de Medellín» ordena una serie de secuestros que poco a poco van tomando forma, como un algoritmo lógico. Los episodios y anécdotas dolorosas son narradas con minuciosidad, se van desgajanado lentamente y muestran al terror como un fantasma que oprime, maltrata y asesina sin prisa, intentando prolongar cada vez más la tortura.

«Gabo» da aquí muestras de su talento periodístico. No utiliza una sino varias fuentes lo cual dota a este libro de un realismo extremo. Eso se nota en las perspectivas que toma acerca de los secuestros, por fuera, están homogeneizados en el cautiverio pero por dentro cada uno piensa y actúa distinto.

A pesar de que el diálogo no es precisamente uno de los fuertes del Nobel, aquí nos sorprende con una gran diversidad de ellos. Este también influye en el ambiente de realidad y va un poco de la mano con la calidad de «noticia» del relato.  

Tal cual cita un boletín del Banco Republicano de Colombia: «Noticia de un secuestro, ante todo, tiene una misión de denuncia de los problemas sociales y de la poca protección facilitada por el Estado, para amparar a todo ciudadano y defender su derecho a disfrutar de la libertad y seguridad personales».

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