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(ENTREVISTA) A casi un año de «El silencio de la estrella», conversamos con Christiane Félip Vidal a propósito de esta novela y algunos temas que giran en torno a ella y algunos nuevos proyectos que vienen en camino.

Por:

Gianfranco Hereña

He releído «El silencio de la estrella» y dentro de la gran variedad de personajes me cautiva en particular el padre de las niñas, que más allá de juguetón es también un cinéfilo declarado. Se me vienen dos preguntas en una ¿Cuál es tu relación con el cine? ¿Cómo influyó esto en la construcción de este personaje en particular?

El cine me gusta muchísimo. Lamento no tener la suficiente disponibilidad para disfrutarlo ahora como quisiera. Desde un principio, había decidido hacer una suerte de homenaje a las películas que me marcaron mucho y que veo siempre con la misma emoción. Pero opté también por películas que algo tenían que ver con mi historia para que las niñas reaccionaran. El padre, inconscientemente, cuenta sus frustraciones y es notable en “Una jornada particular” y en “Jules et Jim”. En el caso de La Strada me percaté después de que Gelsomina anuncia, de cierta manera, el final de Marilyn aunque no la escogí por eso sino por ser una de mis películas predilectas.

Hay algo respecto a Brigitte (personaje de la novela) en lo cual podemos vernos identificados varios y es el aferrarnos al recuerdo de alguien, en cómo fue, más no en su presente. Hay cierta idealización por el pasado ¿Crees que este sea un patrón común en algunas personas?
Brigitte es una suerte de apéndice de su hermana. Sin ella pierde pie. Me interesaba trabajar la estrecha relación que puede haber entre hermano/as muy diferentes, así como la época de la pequeña infancia, este paraíso perdido que creo, salvo que uno lo haya vivido muy mal, perdura en la memoria como el tiempo de la felicidad. Cuando conversas con la gente te das cuenta hasta qué punto lo que cuenta está relacionado con el pasado, más especialmente la infancia y/o adolescencia, pero más especialmente la infancia porque me parece que la adolescencia es la época más difícil de la vida por más que los recuerdos de colegio parezcan desmentirlo. No siempre es el caso de la juventud. Recuerda lo que dice Paul de Nizan en “Aden Arabie” y que Vargas llosa usó de epígrafe en “La ciudad y los perros”: “J´avais 20 ans. Je ne laisserai personne dire que c´est le plus bel âge de la vie”. Tanto para Marilyn como para Brigitte los 20 años fueron, efectivamente, el peor momento de su existencia.

Cuando conversas con la gente te das cuenta hasta qué punto lo que cuenta está relacionado con el pasado, más especialmente la infancia y/o adolescencia, pero más especialmente la infancia porque me parece que la adolescencia es la época más difícil de la vida por más que los recuerdos de colegio parezcan desmentirlo.

El tema de la violencia política se cuela recién al final de la novela ¿Estaba pensado así desde un inicio o simplemente surgió dentro de la construcción misma de la trama?

Ya había decidido situar la novela en aquella época porque la vi como una metáfora de la escisión a nivel familiar: dos  grupos que conviven pero no se entienden, se niegan al diálogo y se odian. Pero no quise hacer de esos años de violencia un elemento clave porque eso me hubiese llevado a poner énfasis en discursos y comportamientos políticos o ideológicos que eran ajenos a mi propósito.

También tocas un tema tan delicado como la violación sexual y cómo esta repercute no sólo en la vida de Marylin sino en toda su familia. Más allá del libro que publicaste junto a Cucha del Águila ¿Te has visto tentada a explorar más esta temática?

El tema de la violación sexual es, como el de la violencia doméstica o de género, un tema que no pienso tratar extensamente en una novela. Esto no significa que lo minimice, ni mucho menos. Prueba de ello la antología “Basta” que mencionas. En “El silencio de la estrella”, yo necesitaba que el personaje de Marilyn se apartara de todos para que se creara la ruptura que articula la novela. Antes conversé mucho con un psiquiatra y dos psicólogos, para saber de casos en que niño/as dejaron de hablar por un tiempo. Un trauma grave puede tener este efecto. He retomado la misma situación en el cuento “Cuando el río suena” de la antología «Al fin de la batalla», respecto a un niño asháninka reclutado a la fuerza por terroristas y que vio ejecutar a su padre y su madre, que no habla nunca con la gente pero sí con el perro. Los trastornos que como consecuencia de violencias padecidas afectan a los niños y, por ende, su comportamiento de adultos, me interesan mucho. Estoy trabajando este tema en otra novela que estoy escribiendo.

Cuéntanos un poco sobre ti, ¿Qué proyectos tienes en mente o en qué estás trabajando ahora?

Respecto a la producción más inmediata: hemos terminado de escribir a 4 manos con Sophie Canal “La flor artificial”, una biografía novelada de la poeta surrealista Silvia Li. La novela sale en julio para la Fil bajo el sello de Cocodrilo Editores. Ha sido una experiencia extraordinaria. Y he retomado una novela inconclusa que dejé el tiempo que demoramos en escribir “La flor artificial”, es decir dos años y medio. Los protagonistas son gemelos, es decir, una vez más, el tema de los hermanos. Igual como indagué con psi para Marilyn, para mis gemelos consulté con un genético porque necesito que los gemelos sean de sexo distinto (casos muy raros) y, además gemelos espejo. En realidad me apasiona tanto el tema que, por ahora, paso más tiempo indagando por internet o conversando con especialistas que escribiendo la novela. Mi próxima etapa va a ser conversar con gemelos para entender mejor el estado de gemelidad en lo cotidiano. Así que si tienes un gemelo, bienvenidos los dos.

Bonus Track

¿Qué andas leyendo últimamente?

 

 

Estuve leyendo “Romance en París” porque descubrí que el autor, Franz Essel, fue en la realidad el Jules de la novela “Jules et Jim” escrita por Henri Pierre Roché (quien en la realidad fue Jim), novela llevada al cine por Truffaud. “Purga” de la finlandesa Sofi Oksanen y “Olivier” novela autobiográfica del francés Jérome Garcin que habla de su incapacidad para hacer el duelo de su hermano gemelo muerto a los 6 años, es decir 40 años atrás.

Sobre la autora

 

Christiane Félip Vidal nació en Francia donde se graduó en Literatura hispano americana en la universidad de Montpellier. En el colegio franco peruano llevó a cabo un taller de literatura recorriendo los espacios literarios de  autores peruanos y chilenos. En el 2003 ganó el 3er premio del concurso  de Cuentos Magda Portal. Finalista de los concursos de mini ficción Sandoval y Escritores.com

Publicaciones por año

2004: “Descuentos” (Matalamanga) Relatos, 2008: “Soltando gallos” (Matalamanga) Refranero-bestiario, 2010: “El silencio de la estrella” (Campodónico) Novela, 2012:El canto de los ahogados” (Borrador editores)  Novela , 2012:Basta, 100 mujeres contra la violencia de género” antología de mini ficciones realizada con Cucha del Águila., 2015: “El silencio de la estrella” (Animal de invierno) 2da edición. 2015: “Le silence de l´étoile” L´Harmattan. 2016 : A punto de editarse : « La flor artificial » novela escrita con Sophie Canal.

Antologada en:

2006: Lima en la piel  ( Ed. Estruendomudo), 2006: Breves brevísimos: antología de mini ficción peruana (Ed. Santo Oficio), 2007: Cuentos bajo la manga (Arteidea Editores), 2008: Cada mañana amanezco mujer (Ed.Flora Tristán), 2012: Cuentos para sobrevivir al fin del mundo (Azul Editores), 2013: Cupido en su laberinto  (Edita El gato descalzo), 2013: El cuento peruano: 2001-2010 (Ed. Copé), 2015: El fin de la batalla (Ed. Cocodrilo)

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