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Un libro al día

Roberto Arlt es, tengo la impresión, casi completamente desconocido en España fuera del ámbito literario, editorial o académico, pese a que autores tan relevantes como Cortázar, Piglia o César Aira reconocen su influencia. Quizás su mala suerte fue coincidir en el tiempo y en la misma ciudad con autores de la Jorge Luis Borges, de estética muy alejada de la suya y más influyentes en el panorama literario de la época. De hecho, es ya clásica en la historiografía literaria argentina la contraposición entre el grupo Boedo (de corte realista y social), al que pertenecería Arlt, y el grupo Florida o grupo «Martín Fierro» (vanguardista, esteticista y teóricamente vinculado a las élites socioeconómicas) al que pertenecería Borges.

Sea como sea, lo que encontramos en El juguete rabioso tiene efectivamente poco que ver con los relatos fantásticos borgianos, y mucho más con la tradición literaria hispánica: la picaresca, Cervantes, Galdós… El protagonista, Silvio Astier, vive en los suburbios de Buenos Aires en un entorno empobrecido y caótico; su vida cambia con un empacho de novelones sobre bandoleros andaluces, y se imagina que quiere ser un de ellos; así, cual Rinconete y Cortadillo, funda una sociedad de delincuentes a pequeña escala (el «Club de los Caballeros de la Media Noche»)que realiza pequeños hurtos, falsificaciones y sabotajes.

Una vez disuelta la sociedad, Astier pasa a ser «mozo de muchos amos» (ayudante de un librero, aprendiz de ingeniero militar, vendedor ambulante de papel), con escenas que parecen directamente sacadas de una edición modernizada de El Buscón, hasta alcanza la «cumbre de toda su buena fortuna» cuando se le presenta la oportunidad de cometer un gran robo en la casa de un ingeniero.

El juguete rabioso es un libro sorprendente y desconcertante, en primer lugar por su capacidad para avanzar siempre, con una estructura narrativa abierta y en constante transformación genérica. También, por su estilo, a veces poético, a veces barroco, siempre cuidado, nada que ver con lo que tópicamente esperamos encontrar en una novela realista y social (claro que el «realismo social» como término crítico todavía no existía). «Baldía y fea como una rodilla desnuda es mi alma», dice por ejemplo el protagonista, que además de un ladrón también es un ávido lector de Baudelaire.

Porque, efectivamente, El juguete rabioso es un libro lleno de libros: la historia comienza, quijotescamente como decíamos, cuando el protagonista lee (alquilados) una serie de novelones sobre bandoleros; el último gran golpe del «Club de los Caballeros de la Media Noche» es un asalto a una biblioteca; el primer trabajo de Astier es como ayudante de un librero; el último, como vendedor ambulante de papel… Ya hemos hablado, además, de las referencias que pudieron servir de modelo a Arlt (con la picaresca y la novela cervantina a la cabeza), pero también pueden encontrarse en él los libros a los que más tarde servirá de modelo: las novelas torrenciales de César Aira, Los detectives salvajes y su «realismo visceral», las obras más realistas de Piglia como Plata quemada (Ver reseña en: http://elbuenlibrero.blogspot.com/plata-quemada-ricardo-piglia.html).

El título original que Arlt planeaba para su novela era La vida puerca; Ricardo Güiraldes, para quien Arlt trabajaba como secretario y ayudante en esa época, le aconsejó que lo cambiase al actual, El juguete rabioso. Creo que no hay duda de que el cambio fue adecuado…

 

Foto principal tomada de: https://www.clasf.com.ar/el-juguete-rabioso-roberto-arlt-editorial-cronica-100×100-en-argentina-6873275/

Un comentario para “El juguete rabioso-Roberto Arlt

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