Autor: Guillermo Fadanelli
Editorial: Anagrama, 2006
Una sopa condimentada a escupitajos. Quizás esa es la imagen más cruda que me ha quedado luego de leer esta novela. Si acaso pensamos en lo mucho que había sufrido el cadete Arana a manos del Jaguar (La ciudad y los perros- Mario Vargas Llosa), aquí veremos la degradación humana en su auge máximo, a través de los ojos de Guillermo, un muchacho de trece años que entra a una escuela militar mexicana por pedido expreso de su padre.
Desde ese momento tendría que andar con cuidado porque cualquier idiota con insignia en los brazos o en los hombros podría golpearme, arrestarme, humillarme y hacer que recogiera con la lengua mi propio vómito.
La historia, aparentemente cliché y estereotipada que narra el conflicto entre padre e hijo, torna un cariz diferente en esta novela. Lo digo porque Fadanelli ha sabido explotar una prosa cruda, que hiere al leerse y la punzada de cada descripción atraviesa nuestra sensibilidad. Se nos plantea al padre no como un tótem dictatorial sino más bien como una caricatura, que apela a recursos y órdenes militares que a la larga son ridículas.
No había fachada más sosa que la de mi escuela secundaria: un muro gris, plano y una puerta metálica en el centro (…)Un culo de rata, eso era el portón de la entrada principal: un culo de rata por donde entraban y salían los estudiantes.
Asimismo, hay hechos que van marcando el ritmo de la novela. Toda la primera parte está orientada al deseo escapista del narrador cuando era adolescente y la segunda, más bien marcada por la muerte de su madre, empieza un período de adaptación al salvajismo y la corrupción. Aquí es donde hago un alto. Las imágenes fuertes van desde hechos que parecerían grotescos como hacer carreras de «perros» (estudiantes») con el estómago lleno o llegar, incluso, al maltrato sexual. Es aquí donde explota muy bien fuertes que no revelaré para dejar al lector con la miel en los labios.
Lo que si diré, y es bueno que lo sepan, es que el fuerte de este autor al que recién conozco es la forma tan cotidiana en la que describe hechos que golpean al lector. La novela es recomendable por donde se le mire y por ser corta, me parece, es un buen camino para acercarse a Fadanelli.
