Autor: Pablo Lacroix
Editorial: Sediento Ediciones, México 2014
«El lenguaje que toma Lacroix es la alegoría festiva de la putrefacción y el camino a la locura. Toda la otredad confluyendo, un poemario/delirio como amalgama de lo que quedó fuera. La sangre, la calavera, el semen, las larvas, etc. El relato del delirio nace en el estallido de las palabras confinadas al exilio».
Por:
Fabián Burgos
10 apuntes marginales sobre DER GOLEM de Pablo Lacroix o La Re(de)construcción de la Carne:
1) La invención de un nuevo Rorschach nos invita a un paseo por una consciencia que pretende autorevelarse y que nos evocará imágenes impensables, que desbordan lo que se ha entendido históricamente por razón.
2) Cuando Platón expulsa a los poetas de la Polis, cuando los romanos dejan fuera de la ciudad a los leprosos, o las variadas islas para locos de las cuales las últimas recién acabaron el siglo pasado. No sólo se están expulsando cuerpos, también se está expulsando un lenguaje. El de lo dionisiaco, el de la putrefacción, el del delirio.
3) Este es el lenguaje que toma Lacroix, la alegoría festiva de la putrefacción y el camino a la locura. Toda la otredad confluyendo, un poemario/delirio como amalgama de lo que quedó fuera. La sangre, la calavera, el semen, las larvas, etc. El relato del delirio nace en el estallido de las palabras confinadas al exilio.
4) Pensar el cuerpo desde la enfermedad, porque sólo desde la enfermedad nos hacemos conscientes del cuerpo.
5) Lacroix está lleno de hambre insaciada, porque es un hambre que desea alimentarse de pura inmaterialidad, alimentarse de un recuerdo, de un cuerpo desvanecido. Alimentación sumamente inútil, no deja ni la satisfacción momentánea del comer material, eso hace que la búsqueda sea infinita.
6) Zurita en los cielos de Nueva York, nos proponía una serie de nuevas religiones, justamente religiones de la otredad, son todos esos pequeños altares los que la joven poesía chilena poco a poco ha ido construyendo, donde el de Pablo podría ser “Mi Dios es herida”.
7) La portada no deja de evocar a David Nebreda bañando su cara en su propio excremento, claro, acá es con carne ¿su propia carne? La ligazón entre la carne y el excremento sobre el cuerpo es el asco, lo que no se puede tocar, por lo tanto al mismo tiempo, lo divino. Por eso religión de la herida.
8) Der Golem es justamente el camino a descubrir que la milenaria búsqueda de la verdad va de la mano con el desmembramiento, con la progresiva disolución, por tanto, la muerte. Es decir, el llamado al suicidio no es otra cosa que el llamado a la escritura como proyecto revelador –la soga primitiva-, a sabiendas de que se va directamente a la nada.
9) La intertextualidad nos dice que este desmembramiento es tanto personal como histórico. Löw, Shelley, Baudelaire, Bataille, Massis, Millán, Harris entre otros. Da la impresión que cada cierto tiempo llega alguien a decirnos: yo sí conseguiré arrancar/arrancarme la última extremidad a la historia y desde ahí, desde la profundidad de la piscina de sangre sacar a flote el origen.
10) Me automutilo, me autodestruyo, me infiero una herida mortal para no morir, porque si no encuentro eso que me viene escarbando desde dentro antes de que salga disparado por la cuenca ocular me hará pedazos, definitivamente escombro, no encuentro nada, aunque al volver a tejer la carne soy otro, ese será mi origen.
Selección de Poemas
LA SOGA
La muerte camina por mis hombros
me susurra, es primitiva
lame con su verga mis orejas
me invita a ser libre de esta paciencia podrida
Me siento candelabro incendiado por úlceras
La sangre vigorosa se resiste a la tragedia
de fornicar entre el barro de imperiosos leviatanes
La greda envuelve el cuerpo
y no siento más la brisa del ojo alacranado
La muerte camina por mis hombros
me susurra, es primitiva
y observo la horca sacudida con elegancia
me invita a ser libre de esta paciencia podrida
/ Seré cuerpo extinto bajo el recuerdo de tus ojos
CUBO DE SANGRE
Hay un cubo de sangre que no se coagula. Hay un cubo, aquí dentro que no me permite mover las piernas, atrofia mi cerebro; lo encarcela.
Hay un artefacto, interóseo, invisible, agitante, destructivo, pérfido… un demonio. Hay una voz, que sofoco, que intento apagar, un espacio intranquilo que revive y colapsa, que me colapsa y vivo.
Hay un duende, un Golem, un gnomo, un elfo, un mutante, un ogro, un leviatán, un toro; un ser multiforme que se arriesga y no me arriesgo, que me vence y no me venzo, que me humilla y me humillo. Hay un cubo, un artefacto de sangre, prehistórico, desde siglos, luchando por mi caída, aquella que no cumplo.
Hay un cubo, un ogro de sangre, un artefacto de elfo, un leviatán con cuernos de toro. Hay algo, un motivo, un clímax, una pre-existencia, una lectura, una mirada, un beso y una mejilla, un pasado y un futuro, un presente coagulado, un demonio arriesgado… un Golem mutante. Hay un gnomo con ojos de duende, un pérfido con voz, un agitante multiforme, un siglo sin caída. Hay un cerebro, una cárcel, una pierna en gangrena, un exilio que me vence, una lucha bajo mi carne.
Sobre el Autor
Escritor y artista performance nacido en San Fernando (Región de O’Higgins), Chile. Profesor de lenguaje y comunicación especializado en literatura. Fundador del colectivo Mal de Ojo. Editor en Ajiaco ediciones. Actualmente se desempeña como Director creativo de la Revista virtual Absenta, y colabora con artículos sobre literatura contemporánea en la revista CL (Comunidad de Lectores) y revista Carcaj, ambas de LOM ediciones. Se ha desempeñado en diferentes talleres poéticos, como el dirigido por el poeta Matías Ayala, el grupo literario Encuentro realizado en la SECH, el taller de poesía dirigido por el poeta Dante Cuadra en el Goethe-Institut Chile y el Taller de creación y reflexión poética dirigido por Tomás Harris en la Biblioteca Nacional. Participó en Balmaceda 1215 en el taller de género y performance realizado por la artista Alejandra Ugarte. Ha participado en varios recitales y encuentros poéticos como también en eventos de acción, instalación y ejecución performática.
