Título: Demasiada felicidad
Autor: Alice Munro
Editorial: Lumen, 2010

 

¿Por dónde entrar a la obra narrativa de la Premio Nobel de Literatura 2013? «Demasiada felicidad» puede ser la llave. Un texto que arrastra al lector dentro de las historias casi sin preámbulos.

 

Por: Fransesc Bon

Comparar una autora con Chéjov es mucho. Y también lo es pretender, a la vez, que la narración corta sea considerada al nivel de las grandes obras, a pesar del respeto que generan autores como Carver. Con la veneración que solemos destinar a los autores de novelas de más 400 páginas, repletas de tramas y de historias meticulosamente detalladas. Parece que la narrativa corta sea una canción pop al lado de una sinfonía en ocho movimientos. Y no.

 Alice Munro, canadiense superados los 80 de edad, podría pasar por una  respetable señora residente en Miami y apuntada a un club de bridge en el que  pasar las tardes. En vez de eso, resulta ser como una profesora de instituto que  se niega pertinazmente a jubilarse mientras prefiere emplear las tardes en  pertrechar relatos como los diez incluidos en este Demasiada felicidad. No cuentos.

Los cuentos, al menos los cuentos al uso, no se reservan bazas perversas, siniestras, retorcidas, como las que van salpimentando cada historia. Dimensiones, por ejemplo, hubiera dado para una entrada zoom de rabiosa actualidad con la sentencia Bretón de por medio. Primer relato, primer dardo a la yugular, primera demostración de que Alice Munro tiene más que ver con Donald Ray Pollock que con, erm, María Dueñas. Aquí la amabilidad y las maneras y la aparente aura de sosiego son solo pieles de cordero en las historias. Hasta el título es puro atrezzo. O la portada, que aporta, junto al titulo, una impresión errónea, demasiado cercana a la novela romántica. 

Pues no hay mucho romanticismo aquí. En estas historias hay brechas abiertas y hay rabia; no de la superficial sino de la que sale de bien adentro. Las heridas de los personajes son profundas y se abren de vez en cuando. Munro sólo se reserva escribirlas con excelente estilo como baza de empatía hacia el lector. Sin tomar partido alguno, y con una imaginación desbordante, su elegante prosa es un excipiente que acompaña dosis de amarga medicina. No hay ligereza ni más licencias que las necesarias para que el lector resulte convulso, cosa que siempre acaba sucediendo. Radicales libres, o cómo la vejez y la enfermedad son una perspectiva idónea frente a los imprevistos.

El filo de Wenlock, tan sutil como perverso y perturbador. Madera, veinte páginas casi faulknerianas. O, en otro registro, el cuento que da título al libro, el último y más prolongado, especie de narración biográfica de regusto clásico. Sí, Munro es una narradora de primera, y la entusiasta recomendación en la contraportada, del mismísimo Jonathan Franzen, un acertado consejo a tener muy en cuenta.

Publicado originalmente en: Un libro al día- Demasiada felicidad

Otras opiniones:

¿Por dónde entrar a la obra narrativa de la Premio Nobel de Literatura 2013, la canadiense Alice Munro? La autora mexicana Rosa Beltrán sugiere empezar por Demasiada felicidad y en ese libro leer con mucha atención el cuento ‘Ficciones’; se trata de un relato magistral que nos muestra las vueltas de tuerca que utiliza esta maestra del relato breve”. (El Universal- México)

Los libros de relatos difícilmente alcanzan un punto estable de acierto y calidad, algo que suele alejar de ellos a muchos lectores. Cuando se insiste tanto en que se prefieren equivocada o exageradamente las novelas, se pasa por alto este aspecto. No solo se buscan historias más largas y seguir las peripecias de unos personajes. Tampoco es porque cueste mucho cambiar la mirada, adaptarla a otro tono o a otras voces. Es normal que en los libros de relatos haya grandes caídas, dramáticos desajustes que, querámoslo o no, alejan a los lectores (…) Sin embargo,  el primer relato del libro, Dimensiones, me parece una obra maestra de la literatura actual. También Pozos profundos. Y no lo es menos Juego de niños. Así que son tres en un solo libro. Sí, lean a Munro, lean a Munro. No pierdan más el tiempo y busquen ya uno de sus libros. (En la aurora)

2 comentarios para “Demasiada felicidad- Alice Munro

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