cementerioperelachaiseTítulo: Cementerio Pére Lachaise
Autor: Lenin Solano Ambía
Editorial: Altazor, 2014

Una novela que es muchas novelas en una sola. Lenin Solano trae de vuelta a Leopoldo Chacaliasa, el intrépido detective de No le reces a los muertos, para una aventura en el Cementerio Père Lachaise. Entre personajes célebres y varias historias que corren en paralelo, Solano ha incorporado elementos fantásticos a la narrativa policial y de terror.

Por:

Gianfranco Hereña

Usted está a punto de entrar en el Cementerio de Père Lachaise. Tenga cuidado, puede estar pisando la tumba de algún  personaje célebre y eso le puede costar caro (más de lo que cree). Si me permite una advertencia, le sugiero que tome las cosas con calma: los muertos no pueden hacer daño. Y si lo hacen ¿Cómo los podríamos meter presos?

Quizá habría que preguntarle el porqué de esta necedad a Leopoldo Chacaliasa, un detective peruano que radica en París y tiene la difícil misión de ponerle fin a una serie de macabras desapariciones en el Cementerio Père Lachaise.  La  trama narra varias historias paralelas. Cada una, a su peculiar modo, ha visto en el riesgo y la aventura su punto de ataque. Así, mientras una pareja de irlandeses hace el amor al costado de la tumba de Óscar Wilde, dos tipos se emborrachan para honrar la memoria de Edith Piaff. Y  Miguel Angel Asturias, impotente, no puede impedir desde su sepulcro que dos latinos quieran robar la cadena de oro que le dejaron unos admiradores.

Cementerio Père Lachaise nos brinda un paseo agradable por la historia de estos personajes y, también, por la de aquellos que han decidido visitarlos en sus tumbas.  Es cierto que todos ellos mueren y algunos, más que otros, evidencian rasgos de violencia extrema. Pero las cámaras de seguridad no han registrado a ningún sospechoso. Este es un punto a destacar: la facilidad del autor para describir acciones que requieren un registro de brutalidad muy bien trabajado.

El solo verlo producía escalofríos. Tenía la cabeza introducida en uno de los barrotes puntiagudos de la reja. El impacto había sido tan violento que el barrote le había entrado por la sien derecha y salido por la sien izquierda. (pg 52).

Con sorpresa, vio cómo le introducía con violencia una gruesa rama en la vagina. Su brazo derecho tocó su pecho intentando calmar el dolor, pero fue inevitable y cayó de espaldas. Quiso gritar, quiso pedir ayuda y quiso arrepentirse por haber participado de tan degenerante aventura, pero no pudo hacer nada de eso porque la vida se le había escapado en pocos segundos. (pg 87)

Chacaliasa se ve en ese dilema, descubrir por si mismo a los agresores sin tener pruebas contundentes. Con sus actitudes, cambia el paradigma que teníamos de él en su  versión anterior. Ya no es el oficial que en No le reces a los muertos (Arteidea 2009)  investigaba por alimentar su ego. Aquí se humaniza, se compadece y piensa más allá de la resolución de esos extraños crímenes, muchas veces tratando de ponerse en el lugar de sus víctimas. 

Por primera vez, Martínez sintió compasión hacia la persona que más admiraba en el mundo. Chacaliasa  se había caracterizado por mantener siempre la calma y por resolver los casos en poco tiempo, dejando sorprendidos a los investigadores más reconocidos del país (…)Pero esta vez era un Chacaliasa completamente irreconocible. Estaba mal afeitado, con un rostro fatigado y con el cabello alborotado. Este caso lo había hecho envejecer en pocas semanas. (pg 74)

Salteando los baches de lenguaje que podrían tener algunos personajes (Solano a veces parece olvidarse de esto y hace ver a un antiguo Mara Salvatrucha  extremadamente ilustrado), el concepto y la fluidez de la prosa hacen olvidar estos percances. Queda bastante bien merecida la Mención Honrosa por la Cámara Peruana del libro de este año.

Recomendable.

 

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