moisescuento

 

(CUENTO) Tras derrotar a Egipto y enterrar a su ejército en el Mar Rojo, toda la congregación de Israel partió al desierto de Zin, por sus jornadas, a la orden del Señor, y acamparon en Cades. Al mes no había agua para el pueblo, entonces Coré hijo de Ishar, hijo de Leví, Datán y Abiram hijos de Eliah; y On hijo de Pelet, de los hijos de Rubén, tomaron gente y se levantaron contra Moisés con 250 varones de Israel y sus espadas.

Por:

Martín Moreno

Contendieron contra Moisés: 

―Ojalá hubiéramos muerto cuando perecieron nuestros hermanos ante el señor ―argulló On.

―¿Por qué hiciste venir al pueblo de Yahvé, tu Dios, a este desierto para morir aquí nosotros y nuestras bestias? ―clamaron Datán y Abiram.

―¿Por qué nos hiciste subir de Egipto, para traernos a este mal lugar que no tiene sementera, ni higueras, ni viñas, ni granadas, ni aun agua para beber? ―se sublevó Coré.

Entonces Moisés y Aarón fueron, delante de las doce tribus, a la entrada de la Tienda de la Reunión. Se echaron sobre sus rostros y la gloria del Señor apareció sobre ellos.Y el Señor dijo a Moisés:

―Toma la vara con que heriste el río. Yo estaré delante de ti sobre la peña de Horeb. Golpearás la Roca una vez y brotará agua y el pueblo beberá y sus bestias beberán.

Entonces Moisés obedeció al Señor. Y junto con el pueblo y los 250 rebeldes subieron a la peña de Horeb, y Moisès golpeó la Roca una vez y no brotó agua de ella. El pueblo altercó con Moisés. Dijeron:

―Danos agua para beber.

El pueblo tuvo sed y murmuró contra Moisés y Aarón.

Así, para sus adentros, Moisés clamó a Yahvé: “¿Qué haré con este pueblo? De aquí a poco me apedrearán “. Y Moisés golpeó por segunda vez la Roca y salió mucha agua. Y el pueblo de Israel bebió en abundancia y sus bestias bebieron en abundancia.

Pero este acto ofendió al Señor y se apareció a Moisés en sueños. Dijo:

―Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme ante los israelitas, por eso no introduciréis a esta congregación a la tierra que les he dado. Subid mañana con a la montaña Hor.

Y Moisés hizo como el Señor le mandó. Tomó a Aaron y a su hijo Eleazar y subió con ellos a la montaña que los israelitas habían nombrado Hor. Éste quitó los vestidos a Aarón y se los vistió a su hijo Eleazar. Y Aarón murió allí en la cumbre del monte cómo castigo por cuanto fueron rebelde a su mandato. Cuando la congregación vio que Aarón había muerto, todas las familias de Israel guardaron duelo durante treinta días. Y pidieron a Moisés que orara ante el Señor, por ellos y su hermano reunido a su pueblo. Y Moisés caminaba con la vara con que había herido al río y a Yahvé.

―Concha de su madre ―se reveló Moisés recordando Egipto, la pérdida de su primer hermano y ahora la de Aarón―, qué dios para más hijo de puta.

Pero Yahvé escuchó por cuanto no se había quedado en la cima, descendió con ellos, a su lado en presencia de viento. Así fue como el Señor, después de bentonizar a la congregación durante cuarenta años en el desierto, reunió a Moisés a su pueblo antes de cruzar el Jordán, como castigo, impidiéndole pisar la tierra prometida.

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