Dice haber exorcizado algunos demonios y pese a ello, asegura guardarse unos cuantos para futuras publicaciones. José Carlos Yrigoyen acaba de publicar «Pequeña novela con cenizas», novela que viene recibiendo críticas bastante positivas tanto de páginas como algunos medios digitales literarios. Aún no la leo, es cierto, pero los motivos para entrevistarlo me sobran…

Por:

Gianfranco Hereña

Las anécdotas forman parte de la vida de los autores. Algunas son ficcionables, otras no ¿Hay alguna que te haya gustado llevar al terreno de la narrativa o poesía que no hayas podido trasladar a estos campos?

Creo más bien que en un momento me di cuenta de que había anécdotas, sucesos o historias que me inquietaban y me obsedían que no podía tratar por medio del verso, y por ello me he dedicado en los últimos años a la narrativa. Ese ha sido el caso de Pequeña Novela con Cenizas: un libro algo incatalogable que mezcla mis intereses sobre la obra de Pasolini con experiencias personales. No suelo pensar en los géneros a la hora de escribir, solo en plasmar mis necesidades personales. En este libro ni siquiera pensé en el hecho de hacer literatura, sino de expresar ciertas cosas que me interesaban, a riesgo de ser irregular, de exigir ciertas cosas al lector que usualmente no se le exige, como pasar de la narración autobiográfica al ensayo de una página a otra. Todo depende de las necesidades y las urgencias que uno tenga. Y de encontrar los lectores adecuados para que el círculo se cierre.

Mientras te buscaba para la entrevista me topé con un artículo en el que hablabas acerca de la muerte de Antonio Cisneros. En ella mencionabas que el espacio que dejaba en la poesía peruana sería muy difícil de llenar ¿Será que acaso se les pone la valla muy en alto a los nuevos poetas peruanos?

Yo creo que la poesía peruana pasa por un momento bastante bajo, más allá de algunos nombres interesantes. Creo que el conformismo, el inmovilismo, la búsqueda desesperada de la novedad, la falta de conciencia sobre el lugar que se ocupa dentro de la tradición son factores que han contribuido a esa crisis sobre la que se habla hace tantos años. Y en los últimos quince años, pienso, esa situación solo se ha agudizado.

«El poeta y crítico literario José Carlos Yrigoyen acaba de publicar su primera novela, donde a través de la autoficción se establece un contrapunto entre la vida del narrador y la del cineasta italiano Pier Paolo Pasolini». Jaime Cabrera (Lee por gusto)

Siempre he hecho esta analogía. Un poeta es un corredor de cien metros planos mientras que un narrador, por el contrario, es un maratonista que debe saber dosificar su aire hasta el tramo final. Tú que has hecho ambas cosas ¿Consideras que es así?

Es cierto que la forma de abordar ambos géneros es distinta. Escribir poesía exige, como decía Westphalen, vivir en poesía, estar dispuesto hacia el acto de escribir en verso. Y esa disposición no siempre es voluntaria: depende de la acumulación de experiencias, de circunstancias personales… La narrativa se trabaja de forma distinta, pero eso no quiere decir que sea más fácil ponerse a trabajar en ella. Es un trabajo paciente, de ensayo-error, que a veces puede llegar a exasperar y que tiene como mérito disciplinar a la gente ansiosa como el que suscribe. La poesía es un acto más disperso, pero que exige jugarse el todo por el todo en los momentos decisivos.

¿Sueles releer aquellos libros que en su momento te gustaron? De ser así ¿Hay alguno que te haya decepcionado?

Yo más que un lector soy un relector. Hay libros a los que siempre vuelvo, sobre todo en los momentos de desvalimiento o desestabilidad. Tanto libros de cuentos, como poesía, novela o ensayo. Y son casi todos libros que descubrí en mi adolescencia o en mi primera juventud. ¿Si hay libros que luego me han decepcionado al volver a leerlos? Sí, algunos de poesía, sobre todo. Libros que en algún momento me parecieron luminosos y con el paso del tiempo se fueron opacando. Pero supongo que eso es normal.

¿El peor castigo para una novela que consideras ‘mala’ es el olvido o, pese a ello, la reseñas dando a conocer sus puntos débiles?

Depende de muchos factores. Si es la primera novela o el primer libro de poesía de un autor, y me parece deficiente, no lo reseño. He aprendido que es innecesario criticar negativamente a un escritor que recién comienza, que tiene todavía el derecho a equivocarse y aprender. Pero cuando ese autor ya tiene dos, tres libros, me parece que sí vale la pena reseñarlo y explicar qué es lo que está fallando en su obra. Lo mismo pasa con autores reconocidos.

Aún no he leído ‘Pequeña novela con cenizas’. Sin embargo, en algunas entrevistas has dicho que te ha servido para exorcizar  demonios personales ¿Quedan todavía algunos o sientes que a partir de ahora empiezas una nueva etapa?

Creo que esos “demonios” nunca se exorcizan del todo. Mi próximo proyecto sigue inquiriendo sobre las relaciones familiares, pero desde otro ámbito. Pero sí es verdad que siento que desde este libro empieza para mí una nueva etapa. Mi siguiente libro explora la vida de mi abuelo, un líder fascista de los años cuarenta cuyo accionar dejó profundas consecuencias en mi familia. Y en ese proyecto estoy completamente sumergido desde ya.

Foto de portada: Luis Centurión (Perú 21)

Deja una respuesta

Regístrate

O con tu correo

Inicia sesión

O con tu correo