loayza

Título: Otras tardes
Autor: Luis Loayza
Editorial: Mosca Azul Editores, 1985

Luis Loayza, considerado como “autor de culto”, nos ofrece en Otras tardes un retrato sumamente realista de las primeras décadas del siglo XX en la sociedad limeña. Para ello no se enfoca en la descripción de paisajes o situaciones transcurridas en algún momento determinado. Por el contrario, se centra en el desarrollo de los personajes, principalmente los femeninos (a su lado, los masculinos podrían ser juzgados como meros entes contemplativos).

 

Por:

Stephan Enríquez

Loayza desborda la barrera de la narrativa breve, lo novelístico y lo poético con facilidad. Es así como los cuatro relatos que conforman Otras tardes pueden calificarse como pequeñas novelas y el quinto título, denominado Fragmentos, como prosas poéticas o trazos de una novela inconclusa.

 

“Años después un amigo médico le explicó que en otro tiempo los grandes clínicos descubrían cientos de cosas auscultando, observando la piel, los ojos, las manos, por un procedimiento que se parecía menos a los análisis de laboratorio y las radiografías que a un arte misterioso hecho de intuición. Sí, pero, ¿qué veían? Jaime se miró las manos y le parecieron iguales que siempre, el dorso de gruesas venas, las palmas, los dedos largos, la piel ligeramente apergaminada en que debía estar escrita, con signos que él no sabía leer, la misma enfermedad que se llevó a su abuelo y a su padre.”

 

Mi intención no es explicar cada cuento, sino hablar de la obra como un todo inseparable. Y es que los relatos de Loayza pueden llegar a parecer historias paralelas que surgen en diferentes lugares, y quizás años, con una gran variedad de personajes aparentemente inconexos, pero que comparten en común el cielo gris de Lima, la cotidianidad del día a día, la monotonía de los trabajos de oficina, el desencanto por la vida y los desencuentros amorosos. Gracias a esto, el autor logra contar, no sólo una o varias historias, sino vidas en sí, vidas que aparentan proyectarse más allá del papel. La maestría que demuestra la distancia del narrador frente a los hechos genera, casualmente, cierta empatía y apego con el lector.

 

“Modestamente, se creía un hombre modesto: cada vez que alguien se había enamorado de él su primera reacción fue de sorpresa, que se transformó en un agradecimiento ya próximo a la ternura: tendía a querer a quien lo quería y la indiferencia ajena despertaba en él una sincera indiferencia”.

 

Sin embargo, la obra también representa una crítica social. En una época en la que la familia aún ocupaba un rol fundamental en la sociedad, no solo como núcleo sino como autoridad inexpugnable a lo largo de la vida, los personajes femeninos de Luis Loayza buscan rebelarse de las ataduras familiares y los estereotipos marcados en una sociedad notablemente machista. Si bien los protagonistas de cada relato son hombres y cada uno lleva una vida tormentosa ya sea por motivos amorosos, académicos o familiares, las mujeres son el verdadero eje del libro (o, en todo caso, las consecuencias que pueden llegar a ocasionar las mujeres en la vida de los hombres). Por este motivo, Ana, Adela y Graciela se muestran como personajes inolvidables en la obra de Loayza.

 

En suma, Otras tardes representa un libro de cuentos de lectura indispensable en la literatura peruana. No sólo por su valor estético y calidad narrativa, sino cómo un testimonio personal de la decadencia limeña en el siglo pasado. Es así que su autor, con justicia, suele ser considerado como uno de los grandes prosistas en nuestra historia. Sin más que decir, dejo una de las frases del libro que más me cautivó.

 

“Mi amor fue limeño, mortecino y desesperado como la garúa, y creo que ella también sentía por mí una pequeña pasión.”

 

Hay que leer a Loayza.

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